Sr. Director:
Su comentario sobre las preguntas que me hizo el autor del libro "Treinta años no son nada", me parece sencillamente manipulador.

 

El entrevistador me hizo un largo interrogatorio sobre el asunto FASA y por eso venía a cuento decir que aquella dura prueba reforzó mi fe. En ningún momento manifesté que fuera eso lo más interesante que le diría al Señor, pues mi respuesta fue muy distinta a la que refleja en su artículo.

¿Dónde está Dios?

A veces he llegado a pensar que en algunas criaturas parece que no. Después he pensado que Dios escribe derecho con renglones torcidos. Lo cierto es que el asunto FASA reforzó mi fe, lo que me dio una gran fortaleza para soportar todo lo que hube de padecer.

Y si entrara por la puerta de este despacho, ¿qué le diría?

Le pediría perdón por mis pecados y bueno supongo que sería la felicidad máxima.

La primera obligación de un periodista que se considera católico es ser fiel a la verdad. Llamarme "fariseo" es una desmesura. 

Jaime Ignacio del Burgo