Este Gobierno se ha manifestado desde siempre a favor de que la juventud, desde la adolescencia, tome el tema de las relaciones sexuales con mucha ligereza.
Al final, los resultados son miles de jovencitas embarazadas cada año, a las cuales hay que dar una solución tan rápida como drástica: la pastilla del día después, con sus negativas consecuencias sobre las que no se informa debidamente; o el aborto, con unas consecuencias más nefastas todavía.
Y con la misma liviandad que se les anima en la dirección apuntada, se les instruye en que lo que han concebido no es un ser humano, sino algo que convertirá sus vientres en un bombo al que hay que desinflar. Como si no ocurriera gran cosa
Así se menosprecia doblemente la vida: la de los adolescentes a los cuales se manipula animándolos a hacer algo que de antemano se sabe que lo van a pasar güay y también la del ser que fue concebido, al cual se liquidará por medio del aborto.
Estando así las cosas, será de esperar que más pronto que tarde, nuestra sociedad pagará muy caro este mal proceder, por mucha carta de legalidad que las autoridades que nos gobiernan le quieran dar.
Angel Bea Espinosa