España se ha caracterizado por pagar en los secuestros que ha habido en el Magreb o en aguas del Índico.
El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón ha participado hoy en el Foro Nueva Economía y ha hablado de la lucha contra el terrorismo, sobre los nuevos objetivos del recién elegido ejecutivo colombiano y de las relaciones con Venezuela.
Al ser preguntado sobre la postura de Colombia en los casos de secuestro, su respuesta ha sido bastante clara: el Estado está obligado a procurar los mecanismos militares y policiales para liberar a los secuestrados.
Esta contundente respuesta es muy llamativa, teniendo en cuenta la actitud del Gobierno español ante los secuestros que durante los últimos dos años han ocurrido en el Magreb por parte de Al Qaeda (secuestro de los cooperantes Roque Pascual y Albert Vilalta) o en aguas del Índico por piratas somalíes (los barcos Alakrana o Playa de Bakio). En todos los casos, finalmente se optó por el pago del rescate, aunque se haya querido negar ante la opinión pública: por los cooperantes se entregaron 4 millones de euros y por los pesqueros entre 2 y 4 millones de dólares.
También es conocida la postura del Gobierno de Sarkozy, que se niega a pagar esos rescates alegando que de esa manera se financia a estos grupos y de manera velada se les anima a seguir con este negocio (en este mismo sentido, la diplomacia estadounidense criticó el pago de España a Al Qaeda por la liberación de los cooperantes catalanes). Es verdad que en ocasiones las operaciones fallan en su objetivo, como en el caso del ingeniero Michel Germaneau, ejecutado tras un ataque de tropas francesas a un campamento de Al Qaeda en Mali.
Pero el vicepresidente colombiano, siempre después de exigir la libertad de los secuestrados y el cese de su práctica, aboga por la intervención militar y policial, y posteriormente judicial, endureciendo las penas de los secuestradores. Y los números parecen refrendar esta postura. De 2.500 secuestrados que había en Colombia en el año 2002-2003, se ha pasado poco más de 100 en este año 2010.
Mientras la postura española no sea ésa, cada pocos meses la sociedad volverá a tener noticias de un nuevo secuestro de ciudadanos españoles en algún lugar del mundo y poco después se conocerá la cantidad pagada. Así, se seguirá alimentando a estos grupos de delincuentes por no tener la fortaleza y el valor suficiente para intervenir.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com