Sr. Director:
El Servicio de Investigación Agraria de EEUU (ARS) han demostrado que algunos sistemas de no laboreo pueden reducir los niveles atmosféricos de PM10 (las partículas de suelo y otros materiales que tienen un diámetro de 10 micrómetros o menos, y pueden degradar la calidad del aire), que resultan de la erosión eólica.
En aquel país americano, en la región del Pacífico Noroeste, los agricultores usan sistemas de producción basados en sembrar el trigo de invierno y dejar los campos en barbecho durante el verano para que el trigo pueda germinar y crecer durante el verano y el otoño. Pero controlar las malas hierbas y conservar el agua del suelo pueden requerir labrar los campos hasta ocho veces. Esta actividad produce en la superficie una capa seca y suelta de partículas finas de suelo que son propensas a la erosión por los vientos fuertes del verano.
Los investigadores realizaron un estudio que ha durado 11 años, en el que se evaluó si una rotación de cultivos de cereales con no laboreo en la primavera podría ayudar a mitigar la erosión del suelo. Los sistemas evaluados incluyeron la rotación típica de trigo de invierno y los campos en barbecho durante el verano; rotaciones de cebada y de trigo de primavera con no laboreo y el uso de productos fitosanitarios.
Los científicos descubrieron que durante la primavera, los suelos con la rotación de la cebada de primavera y el trigo de primavera contuvieron más humedad que los suelos en los sistemas tradicionales con el trigo de invierno. Más tarde en el verano, la rotación de la cebada de primavera también proveyó más residuos de cultivos que las otras dos rotaciones. Los residuos ayudaron a prevenir la erosión del suelo.
Las rotaciones del trigo de primavera y la cebada de primavera también llevaron a poros más grandes en el suelo, una mayor tasa de infiltración de agua por el suelo, más conductividad hidráulica en el suelo, y una tasa aumentada de drenaje.
Los investigadores concluyeron que los cultivos de cereales producidos con no laboreo podrían mejorar significativamente la infiltración y la retención del agua en el suelo y ayudar a retener los residuos de los cultivos más tarde en el verano. Estos resultados pueden mejorar la calidad del suelo y reducen las pérdidas del suelo a la erosión eólica con lo cual mejoran la calidad del aire.
Los resultados de estos estudios han sido publicados en las revistas 'Journal of Soil and Water Conservation' y 'Soil and Tillage Research' en el 2011.
Domingo Martínez Madrid