Impresionante página la elaborada por Bayer para ofrecer su información del Levonorgestrol, la píldora del día después (PDD), un medicamento que puede resultar abortivo. En realidad, sus funciones son impedir la liberación del óvulo, evitar que el esperma llegue a fecundarlo o evitar que el óvulo fecundado anide. A diferencia de la RU-486, no destruye el embrión, sino que le impide desarrollarse. Este matiz es el que aprovecha Bayer para decir que su medicamento no es abortivo, pero es la misma diferencia que la existente entre apuñalar a alguien o cargarse los frenos de su coche.
Por supuesto, uno de los principales enemigos son las objeciones por motivos éticos y religiosos, por lo que en su sección de Mitos pretenden demostrar a toda costa que la píldora es anticonceptiva y no abortiva. Es la razón por la que en España 2.000 farmacias no distribuirán la PDD: porque defienden que la vida comienza en el momento de la concepción, por más que a El Mundo le moleste.
Entre los datos que ofrece la web, cabe destacar también cómo la empresa farmacéutica se cubre las espaldas en cuanto a la eficacia advirtiendo que ésta es del 95% en las primeras 24 horas y desciende hasta el 58% cuando han pasado entre 48 y 72 horas. Además, el chute hormonal (15 veces la dosis anticonceptiva) puede dar lugar a un embarazo ectópico, fuera del útero.
Aunque los datos disponibles hasta ahora, que Hispanidad ha facilitado, indicaban que en 2004 se habían vendido 600.000 píldoras del día después, informes recientes estiman en 1,1 millones el número de pastillas dispensadas. La difusión en los medios y, sobre todo, el hecho de que las administraciones públicas sean el principal cliente, han hecho de la PDD un negocio más que rentable. Su popularidad es tal que muchos acuden a la farmacia pensando que se la pueden dispensar gratis.
Además, sus partidarios afirman que no ha aumentado el número de abortos con su legalización. Puede que la píldora en cuestión esté absorbiendo el incremento de abortos; lo que en realidad hace es ocultarlos, convertir la intervención quirúrgica en la ingesta de una pastilla y el posterior sangrado.