- Quizá por ello busca dejar de ser banco para convertirse en firma digital.
- Lo cual implica reducir plantilla y salarios al mínimo.
- Todo en línea con lo dicho por el BCE: aún hay margen para reducir el número de sucursales.
- De hecho, la obsesión actual de FG consiste en contentar al BCE y al Gobierno español porque intenta prorrogar su Presidencia.
Hace tan solo unos meses -noviembre 2017- que se completó la salida del BBVA de China, un mercado en el que
Francisco González (
en la imagen) puso muchas esperanzas -y mucho dinero- hace diez años. No ha sido el primero en marcharse ni será el último. Es muy complicado abrir un negocio en china si no eres chino. Y a los que lo consiguen, les pasa siempre lo mismo: al cabo del tiempo les plagian el negocio (el know how) y se terminan marchando del país.
A
FG, sin embargo, le ha cautivado el modelo chino. Es "una potencia increíble, con una expansión por todo el mundo", ha señalado este miércoles en el
Foro Económico Mundial que se celebra en Davos. Para el presidente del
BBVA, China es uno de los "nuevos entrantes" en el sector financiero y que, además, poseen una capacidad tecnológica muy grande. Eso sí, con unos sueldos ínfimos.
Durante su intervención, FG ha reiterado algo que lleva años diciendo:
el BBVA debe dejar de ser un banco para convertirse en una empresa tecnológica. De hecho, él ha admitido que ya no lo ve como una entidad financiera, sino "como una empresa que gestiona información", lo cual implica reducir plantilla y salarios al mínimo.
Pero no la tomen con FG, porque sus ideas están en línea con lo dicho por el BCE. En un acto celebrado este miércoles en Fráncfort, la presidenta del Consejo de Supervisión del BCE,
Danièle Nouy, ha señalado que "los bancos tienen margen para recortar costes, pero no deben tratar de ahorrar en los sitios equivocados". Y por si alguien tenía alguna duda, ha aclarado: "Una cosa que me viene a la mente aquí son las redes de sucursales demasiado grandes".
Hay sintonía entre FG y Nouy. Un banco digital no requiere tantas oficinas. Y una empresa tecnológica, menos todavía. Lo cierto es que la obsesión actual de FG consiste en contentar al
BCE y al Gobierno español. Se acerca el año 2019 y, aunque sigue 'vendiendo' a
Carlos Torres como su sucesor, lo cierto es que no quiere marcharse. Aún tiene muchas ideas para el BBVA. Ideas digitales, claro.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com