El presidente gime y llora,
y en carta ciudadana y tuitera,
lo que su corazón siente, aflora
y sin poderlo reprimir, se sincera.
 
Lo que decir de él pudieran,
con los pies en “tierra firme soporta”,
pero que la desleal fachosfera,
saque ladinamente a la palestra,
aquello de “Cherchez la femme”,
no lo consiente; su corazón destroza.
 
Y retirarse para pensar decide,
si ciudadanos tan ingratos,
merecen que él, al frente siga,
de un gobierno que tanto les cuida.