manifestación 1 de mayo
Con toda la espantosa frialdad de las fiestas laicas, se vive este 1 de mayo, Día del Trabajo y, todavía hoy, día de los sindicatos.
Insisto, sólo hay algo más tonto que un obrero de derechas: un varón feminista. CCOO y UGT no cayeron en lo primero, nunca han sido obreros de derechas, pero han metido la pata hasta las corvas en lo segundo: una manifestación obrera toma ahora como primera reivindicación la igualdad entre los sexos y las mentiras habituales del feminismo: la mujer está esclavizada por el hombre, el macho es muy malo, las mujeres bonísimas; las mujeres son mucho más inteligentes y capaces que el hombre y además cobran menos por igual trabajo. Esto último, la famosa brecha salarial no existe, es una mentira, pero mientras pocos se atrevan a denunciar una mentira, esa mentira se acrisola y acentúa.
Unai Sordo (CCOO) en el matonismo: “O hay reparto o habrá conflicto”
Pero vamos con las declaraciones de los líderes sindicales en este 1 de mayo. Ojo al secretario general de UGT, Pepe Álvarez, asturiano de cuna, convertido en Barcelona en Josep Álvarez, el mayor amante del tópico. Por ejemplo, ahora anda metido a separatista catalán hablando del derecho a decidir. Pues bien, Álvarez, asturiano Pepe y catalán Pep, nos ha comunicado que el de 2018 es un 1 de mayo “feminista, juvenil y pensionista”. Lo de feminista ya saben lo que implica: que CCOO y UGT ya son más tontos que los obreros de derechas a los que han señalado desde hace medio siglo.
Respecto a lo del 1 de mayo pensionista enseguida hablamos pero lo de juvenil… eso resulta demasiado fuerte. A ver, ¿cuántos jóvenes están afiliados a CCOO y UGT? Entre otras cosas porque el joven de hoy no está dispuesto a vivir de la subvención y cree en la meritocracia, no en los principios ni en los resultados del movimiento obrero le dicen nada.
Josep Álvarez (UGT) en el tópico: “1 de mayo feminista, juvenil y pensionista”. Sobre todo juvenil
Del Mayo Francés, del que ahora se cumple medio siglo, los jóvenes de hoy se quedan, en el mejor de los casos, con nada. En el peor, con el populismo progre de reclamar derechos. Pero, desde luego, no mediante la sagrada huelga revolucionaria.
Respecto a los líderes, ahí tienen a Unai Sordo, de CCOO, ejerciendo de matón y advirtiendo que “si no hay reparto habrá conflicto”. Eso no le dice nada ni a los jóvenes ni a los viejos… ni tampoco a las mujeres con dos dedos de frente.
Vamos con cosas serias, que no necesariamente positivas. La parte lógica de las consignas sindicales en este 1 de mayo se resume en el lema de la convocatoria, una vez superada la tontuna de la igualdad feminista: “mejores empleos, mejores salarios, pensiones dignas”.
Lo de mejores salarios sí que mola: ahí CCOO y UGT andan cargados de razón. Al que trabaja 8 horas diarias, el salario le debe dar para formar una familia numerosa
Lo de mejores empleos se refiere a empleo atornillado, para toda la vida, aunque no se de golpe. Eso no vale. Y si no, abandona tu identidad de proletario y métete a propietario, donde asumirás el riesgo de arruinarte y trabajarás mucho más… pero serás más libre.
Lo de mejores salarios sí que mola: ahí, CCOO y UGT andan cargados de razón. España sigue siendo un país donde existe demasiadas diferencias entre salarios altos y bajos. Eso no puede ser. Al que trabaja 8 horas diarias, el salario le debe dar para formar una familia numerosa. Y si no, es que el modelo no funciona. En concreto, el Salario Mínimo, debía ser la principal reivindicación sindical. En España se cobra poco.
Lo de pensiones dignas es demagogia: ¿cómo se mide la dignidad con una población tan envejecida como la española?
Lo de pensiones dignas es demagogia: ¿cómo se mide la dignidad en una población tan envejecida como la española? No se suben las pensiones porque no es posible subirlas mucho más. Lo que ocurre es que las pensiones públicas no son altas (aunque soportan mejor la comparación con Europa que los salarios bajos) pero ni se retrasa la edad de jubilación ni se rejuvenece la población ayudando a las madres a tener hijos, apoyándoles con un salario maternal.
Y es que para la izquierda, para CCOO y UGT, todo hay que pagarlo con dinero público… salvo la maternidad, que es la mayor aportación de, especialmente, la mujer, al bien común. Subvencionar la maternidad no es progresista.
Conclusión, en 2018 los sindicatos de clase, de origen marista, agonizan.