Calviño, Montero, Díaz y Maroto podían hacer mucho más, ¿les dará permiso Sánchez?
Turismo, hostelería, automoción, aerolíneas, comercio, alimentación… muestran que los daños de la parálisis económica causada por el confinamiento para afrontar el coronavirus no se arreglan con ayudas insuficientes. Todos estos sectores perderán ingresos este año y puede que también empleos, por lo que siguen pidiendo medidas al Gobierno, como se ha podido ver en la Cumbre empresarial de la CEOE.
En este foro, que continuará la próxima semana, muchos han reclamado la extensión de los ERTE hasta final de año y no hasta el 30 de septiembre, la postura que defiende el Gobierno y para la que aún no ha llegado a un acuerdo con los agentes sociales. Por ahora, sólo se sabe que seguirán hasta el 30 de junio, aunque la mayoría de empresas exige más tiempo.
Otra de las medidas que se pide una y otra vez es no subir impuestos, incluso se solicitan bajadas del IVA, sobre todo, los empresarios de alimentación, como se ha hecho en otros países (por ejemplo, Alemania), aunque no sea del agrado de la ministra portavoz y titular de Hacienda, María Jesús Montero. Asimismo, son muchos los que en la Cumbre empresarial de la CEOE han defendido la reforma laboral del PP, con el argumento de que no se debe cambiar lo que ha funcionado. Además, algunos se han atrevido a criticar el Ingreso Mínimo Vital, apostando más bien por un puesto de trabajo o un sueldo por trabajar, e incluso Grupo Osborne ha pedido que en caso de rebrote del coronavirus no se pare el país.
En la Cumbre empresarial de la CEOE más de uno ha pedido bajadas del IVA y se ha atrevido a criticar el Ingreso Mínimo Vital
Paradójicamente, la misma semana que la CEOE ha reunido a empresarios de múltiples sectores, el Gobierno se ha puesto algo las pilas (aunque mucho más tarde que otros países) y ha presentado sus planes de impulso al sector del automóvil y al del turismo. Sin embargo, no serán suficientes, al igual que tampoco basta con los avales del ICO para otros muchos sectores.
Concretamente, en turismo, se podrían perder 83.000 millones de euros en ingresos y cerca de 725.000 puestos de trabajo, según cálculos de Exceltur. Y todo esto en un sector que aporta el 12% del PIB nacional y el 13,6% del empleo, pese a que ha empezado la llegada de turistas extranjeros. Muy unido al turismo, cabe mencionar a las aerolíneas, pues la mayoría están al borde de la quiebra (alguna ya se ha declarado en esta situación): no bastan la rebaja de tasas anunciada por AENA ni los préstamos del ICO. La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha advertido que entre marzo y mayo se han cancelado más de 400.000 vuelos y que los ingresos del sector en nuestro país caerán 15.000 millones este año, como consecuencia de la pérdida de 114 millones de pasajeros, poniendo en riesgo a 900.000 empleos, según las previsiones de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA). Y ojo, porque esta última organización no prevé recuperación hasta el año 2023, “la peor crisis de la historia de la aviación”, en palabras del presidente de Iberia, Luis Gallego, de la que las aerolíneas saldrán más pequeñas y endeudadas.
El turismo podría perder 83.000 millones en ingresos; aerolíneas, 15.000 millones; automoción, 24.700 millones; y hostelería prevé cerrar entre 55.000 y 85.000 establecimientos
Por su parte, en automoción, las cosas tampoco andan para tirar cohetes: podría perder 24.700 millones en facturación este año, según un estudio de la consultora Kiriom, que añade que no se recuperarán los niveles precrisis hasta, al menos, 2022. Además, no hay que olvidar que la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) prevé que se fabriquen 700.000 unidades este año, frente a los 1,258 millones del año pasado. Cifras que no suenan bien en un sector que aporta el 10% del PIB y que emplea a unos dos millones de personas entre directos e indirectos.
En hostelería, los números tampoco son optimistas: podrían cerrar entre 55.000 y 85.000 establecimientos, según Hostelería de España, y perderse 400.000 empleos. Y ojo, muchos son autónomos: la Asociación de Trabajadores Automómos (ATA) ha señalado recientemente que el 90% del colectivo prevé reducir sus ingresos este año, 800.000 esperan la mitad de facturación, y 300.000 ya hablan de cierre de sus negocios.
Unos números que ponen muy en duda el inicio de la recuperación económica que ha citado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Esto aún está muy lejos de ser brotes verdes.