Ryanair es líder en transporte de pasajeros en España y en el resto de Europa, pero no en tratarles bien. A las estrictas medidas de las maletas; el cobro del equipaje de mano y otras “prácticas abusivas” por las que ha sido multada (como otras aerolíneas) por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030; la próxima eliminación de la tarjeta de embarque física y la exigencia de llevarla en el teléfono móvil; ahora se suma el cobro de 100 euros si el pasajero pierde un vuelo, se trata de un gasto extra por recolocarle en otro.

En la aerolínea low cost irlandesa los precios bajos a veces acaban saliendo caros si se tiene en cuenta el trato con el cliente. La penúltima muestra se ve en el cobro de 100 euros por perder un avión y ser recolocado en el siguiente vuelo disponible, algo que ha tenido que salir a explicar, ante las informaciones que apuntaban que se trataba de una multa. En realidad es un “cargo por pérdida de vuelo”, que también tienen otras aerolíneas, y Ryanair lo aplicará si el pasajero llega con menos de 40 minutos a la puerta de embarque y ya se han cerrado las puentes, y hasta una hora después del despegue del avión. Todo esto en un escenario en el que sigue aumentando los ingresos, pero gana menos por las menores tasas aéreas.

No hay que olvidar que hace poco más de un mes, la aerolínea low cost irlandesa, que tiene como CEO a Eddie Wilson y pertenece al grupo aéreo del mismo nombre que dirige Michael O’Leary, amenazó con subir precios. Pero no sólo eso, O’Leary injurió al ministro Bustinduy al vestirle de payaso para el lanzamiento de su última oferta. Además, Ryanair se lanzó contra todos (usuarios, AENA, ministro Óscar Puente y ministro Pablo Bustinduy) porque no sólo intentó chantajear al Gobierno reduciendo vuelos por el tema de las tasas aeroportuarias (las cuales la CNMC ha congelado), sino que también se quejó de la multa por cobrar por el equipaje de mano. Además, pidió más incentivos para crecer en aeropuertos regionales. 

En paralelo, Ryanair también sufre malos comportamientos de algún viajero. Acaba de iniciar una acción penal contra un pasajero que fue expulsado de un avión por la Guardia Civil tras afirmar ser diplomático de la ONU para ocupar un asiento no asignado en un vuelo de Lanzarote a Santiago de Compostela el pasado 17 de enero. Este incidente retraso la salida del citado vuelo 40 minutos. El pasajero en cuestión podría enfrentarse a una condena de tres a 12 meses de prisión o a una multa pecuniaria de seis a 18 meses. Para Ryanair “es inaceptable que los pasajeros, muchos de los cuales viajan de vacaciones con sus familias, sufran retrasos innecesarios debido al comportamiento de un pasajero indisciplinado”. Además, espera que “este ejemplo sirva para prevenir comportamientos perjudiciales en los vuelos de Ryanair”.