
Redeia (antes Red Eléctrica) ha cerrado el ejercicio 2024 con un beneficio neto consolidado de 388,6 millones de euros, lo que representa una caída del 46% respecto a los 719,7 millones obtenidos en 2023. Este desplome se debe principalmente a dos factores: la desinversión en Hispasat, que ha generado una minusvalía contable de 137 millones, y el impacto de la finalización de la vida útil regulatoria de los activos pre-98, que ha supuesto una pérdida de 260 millones en ingresos anuales. Por tanto, continúa el imparable desastre que lidera la amiga de Pedro Sánchez y ex ministra socialista Beatriz Corredor desde la silla de presidenta.
Ustedes se preguntarán ahora, ¿qué es esto de los activos pre-98 y por qué han tenido un impacto tan relevante en las cuentas de 2024? Demos respuesta. Los activos pre-98 son las infraestructuras de transporte de electricidad que fueron construidas antes de 1998 y cuya retribución estaba reconocida dentro del marco regulador del sistema eléctrico español. Desde ese año, con la liberalización del sector eléctrico en España, se estableció un nuevo régimen de retribución para las redes de transporte gestionadas por Red Eléctrica de España (REE), ahora parte del grupo Redeia. Sin embargo, el Gobierno permitió que estos activos siguieran recibiendo retribución regulada durante un período transitorio para amortizar las inversiones realizadas antes de la reforma del sistema eléctrico.
Los activos pre-98 han alcanzado el final de su vida útil regulatoria, lo que significa que han dejado de recibir retribución dentro del sistema eléctrico. Esto ha supuesto un impacto negativo en los ingresos de aproximadamente 260 millones. En términos contables, esto significa: (i) menos ingresos regulados en la actividad de transporte eléctrico y (ii) menor ebitda y beneficio neto
En 2024, estos activos han alcanzado el final de su vida útil regulatoria, lo que significa que han dejado de recibir retribución dentro del sistema eléctrico. Esto ha supuesto un impacto negativo en los ingresos de Redeia de aproximadamente 260 millones. En términos contables, esto significa: (i) menos ingresos regulados en la actividad de transporte eléctrico y (ii) menor ebitda y beneficio neto, ya que esta reducción de ingresos afecta directamente al resultado operativo del grupo.

En bolsa, la cotización de Redeia ha empezado la sesión con una caída de un 2,1%, tras la publicación de resultados, reflejando la preocupación del mercado por la caída en el beneficio neto y la menor rentabilidad del negocio regulado. Eso sí, a medida que han pasado las horas, han cambiado al color verde con un ascenso del 1%, aunque por debajo del Ibex (+1,24%)... y en gran parte se debe al tema del dividendo (se propondrá a la próxima Junta General de Accionistas el reparto de un dividendo de 0,80 euros por acción). Sin embargo, el grupo mantiene un perfil financiero sólido y sigue reforzando su inversión en la red de transporte eléctrico, clave para la transición energética en España, aunque aún no lo suficiente porque la red eléctrica está al límite. Además, esta compañía transportista de electricidad y gestora del sistema eléctrico español que está controlada en un 20% por el Estado, preside la exministra Corredor y tiene como CEO a Roberto García Merino, al igual que hacen Gobierno e IDAE, presume mucho de récords y producción de energías renovables, pero olvidan que no bastan para garantizar el suministro eléctrico... y debería hacer un informe del impacto que tendría el cierre nuclear contra el que cada vez hay más pronunciamientos (el penúltimo ha venido de la industria auxiliar del sector eléctrico).
Vayamos con el estudio del desempeño financiero y operativo, se pueden imaginar que no traemos buenas noticias. La cifra de negocio del conglomerado eléctrico en 2024 alcanzó los 1.594,2 millones, lo que supone un descenso del 12,3% respecto al año anterior. Esta reducción se debe, principalmente, a la disminución de los ingresos por el transporte eléctrico en España y a la venta de activos, que ha impactado en la actividad del grupo.
El ebitda se situó en 1.210,1 millones, lo que representa una bajada del 12,4% en comparación con el obtenido en 2023, por la menor retribución regulada en la actividad de transporte de electricidad y por la evolución del negocio internacional, que también experimentó ciertos ajustes
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 1.210,1 millones, lo que representa una bajada del 12,4% en comparación con el obtenido en 2023. Este retroceso estuvo condicionado por la menor retribución regulada en la actividad de transporte de electricidad y por la evolución del negocio internacional, que también experimentó ciertos ajustes. Pasemos al análisis por segmentos. En el área de gestión y operación de infraestructuras eléctricas, el ebitda en España se situó en 976,2 millones, un 14,5% menos por la menor retribución de los activos pre-98, cuyo impacto en los ingresos ha sido significativo. En el ámbito internacional, el ebitda alcanzó los 101,0 millones (-3,8%), debido a mayores costes operativos en Chile. En el negocio de fibra óptica, el ebitda fue de 112,2 millones (-1,4%) por una reducción de ingresos, derivada de la renegociación de contratos en un contexto de mercado más exigente. Y en el segmento de telecomunicaciones, la venta de Hispasat generó una minusvalía contable de 137 millones, lo que ha tenido un impacto negativo en la cuenta de resultados de 2024, afectando al beneficio neto del grupo.
Finalmente, el resultado antes de impuestos alcanzó los 675,6 millones, lo que supone una caída del 23,7% respecto al ejercicio anterior. Esto se debe, en gran medida, a mayores gastos financieros y al impacto de la venta de Hispasat y la minusvalía citada.
Las inversiones han sido de récord durante 2024: 1.172,8 millones (+33,7%), destacando el fuerte crecimiento en la red de transporte eléctrico nacional (+34%). Y la deuda neta ha aumentado un 7,9%, hasta los 5.369,9 millones
Bueno, al menos, el grupo eléctrico ha incrementado sus inversiones, lo que indica que se está preparando para afrontar el descenso de ingresos por la regulación en el futuro. Las inversiones han sido de récord durante 2024: 1.172,8 millones (+33,7%), destacando el fuerte crecimiento en la red de transporte eléctrico nacional (+34%), con un esfuerzo especial en interconexiones con Francia, Portugal y las islas Baleares. También ha aumentado su liquidez: hasta los 9.453 millones, la cual cubre 3,5 veces los vencimientos de corto plazo. Por contra, ha aumentado la deuda neta en un 7,9%, hasta los 5.369,9 millones, pero tranquilos, es habitual dicho incremento al afrontar las importantes y necesarias inversiones en infraestructuras.
Como conclusión, 2024 ha sido un año de transición y ajuste para el grupo eléctrico, marcado por la reducción de ingresos regulados, la venta de Hispasat y un mayor endeudamiento para financiar inversiones estratégicas. Un año que ya en resultados de periodos intermedios no se preveían buenos. A pesar de la caída del beneficio, mantiene una posición financiera sólida y un compromiso claro con la transición energética, lo que debería generar valor a largo plazo. Sin embargo, el mercado no olvida la incertidumbre sobre la evolución de su rentabilidad regulada en los próximos años. El desafío para 2025 será consolidar su crecimiento en infraestructuras sin comprometer su estabilidad financiera y también acometer mucha mayor inversión en redes.
El CEO, Roberto García Merino, cobró 774.000 euros, un 7,08% menos; y la presidenta no ejecutiva, la exministra Beatriz Corredor, recibió 546.000 euros, lo mismo que en 2023
Redeia también ha publicado las remuneraciones de los consejeros correspondientes a 2024, sin olvidar que sobre las del año anterior se emitieron el 62,38% de los votos en la última Junta de Accionistas y de estos, el 2,58% fueron negativos, el 64,71% positivos y las abstenciones alcanzaron el 32,71%. El CEO, Roberto García Merino, cobró 774.000 euros, un 7,08% menos; y la presidenta no ejecutiva, la exministra Beatriz Corredor, recibió 546.000 euros, lo mismo que en 2023. En total, se han destinado 3,176 millones a las remuneraciones de los consejeros. Por su parte, la remuneración media de los empleados ha crecido un 5,63%, a 75.000 euros.