El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ya tiene su reforma de las pensiones aprobada, así este jueves se convocaba un Consejo de Ministros extraordinario y se sacaba adelante el Real Decreto-ley de Medidas Urgentes que regulará la reforma.

Un decreto ley es una norma con rango de ley, que debe usarse por extrema y urgente necesidad, ya que no se somete a debate en el Congreso ni admite enmiendas. O dicho en otras palabras, Escrivá es el nuevo "dictadorzuelo" y en lugar de debatir y hacer propuestas ha aprobado las medidas que él ha querido. 

En rueda de prensa posterior, Escrivá respondía al PP que ayer afirmó que derogará el texto si gobierna, asegurando que su reforma perdurará "muchísimos años" porque "está bien hecha" y "bien diseñada" y "aporta muchísima tranquilidad y certidumbre", además de contar con "apoyos suficientes". Insistimos, si cuenta con apoyos suficientes se hace ley, no decretazo, y más, es una reforma que no ha contado con el apoyo ni del principal partido de la oposición ni de la patronal. Y de postre, las múltiples críticas que ha recibido por parte de todos los expertos.

Por su lado, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha vuelto a cargar contra la reforma y el ministro, asegurando que es Escrivá quien tiene que hacer la propuesta, no la CEOE, y ha reprochado que aún no tienen ni el plan económico, ni las proyecciones sobre pensiones elaborados por el Gobierno: "El que tiene la responsabilidad es él", asegurando que CEOE ha tenido "muy poca información, casi ninguna".

En Francia, el índice de natalidad está en 1,83 hijos por mujer, en España, en el 1,23

"Tenemos legitimidad, cuando consideramos que no es bueno el plan, que no cumple los objetivos, que carga sobre las empresas, los autónomos y los trabajadores todo el planteamiento", ha manifestado Garamendi, recordando que CEOE ya lo ha comunicado "a través del diálogo social: No estamos conformes".

Escrivá explicaba tras el Consejo de Ministros que los ingresos de la Seguridad Social se refuerzan mediante el incremento gradual de las bases máximas y de las pensiones máximas. También se crea una cuota de solidaridad, que se incorporará de forma progresiva para los salarios más altos, partiendo de una cuota de un 1% en 2025, con un incremento de 0,25 puntos porcentuales al año hasta alcanzar el 6% en 2045, dicho en otras palabras, impuestos altos y desempleo crónico

El ministro ha añadido que "es un ajuste modesto porque el sistema ya es bastante sólido y sólo hay que reforzarlo un poquito más". Supone "un esfuerzo pequeñito" que "en ningún caso pone en riesgo el extraordinariamente buen funcionamiento del mercado de trabajo". Y lo dice cuando somos el país con más desempleo de toda Europa y la OCDE.

Pero como la soberbia no conoce límites, el ministro también se ha atrevido a comparar el sistema de pensiones español con el francés, donde se ha aprobado una reforma muy distinta a la planteada en España: "Francia tiene un modelo muy distinto, no ha abordado su sistema de pensiones durante décadas. En Francia hay 42 regímenes privilegiados de pensiones. España eliminó ya hace mucho tiempo los regímenes privilegiados de pensiones, que genera normalmente una carga muy grande al sistema". 

Escrivá cree que Francia "tiene un sistema que no es sostenible" por lo que "tiene que abordar una aproximación vía recortes que genera pues resistencia social". Pero en esta comparativa con el país galo ha tomado medidas preventivas, puesto que cuenta con un superávit de 4.000 millones de euros en el sistema en los últimos dos años. Pese a ello, y a la vista de las proyecciones, aseguran que subir la edad de jubilación y alargar el periodo de cotización resultan indispensables para garantizar la supervivencia del actual sistema de reparto y de solidaridad intergeneracional. Para empezar, en 2002 había dos personas trabajando por cada pensionista, dato que en la actualidad se ha visto reducido a 1,7 trabajadores por pensionista: de seguir así la trayectoria en 2040 la tasa estaría en 1,5 cotizantes por jubilado.

Francia toma medidas para evitar un escenario de déficit y sortear la quiebra del sistema, y eso que su índice de natalidad está en 1,83 hijos por mujer y el indicador español está en 1,23 hijos por mujer, y ese dato es vital para la supervivencia del sistema de pensiones. Subir la edad de jubilización para evitar la subida de impuestos, que es todo lo contrario a lo que ha hecho Escrivá.