Francia ha anunciado su proyecto del sistema nacional de pensiones, que debe ser aprobado en la Asamblea Nacional (AN), para lo que Macron tendrá que negociar, ya que no cuenta con los apoyos suficientes, en un contexto en el que ya se han anunciado huelgas y protestas. Esta reforma de las pensiones es la sexta de los últimos 30 años.

La primera ministra, Elisabeth Borne, y los titulares de Economía y de Trabajo, Bruno Le Maire y Olivier Dussopt, explicaron en rueda de prensa los detalles del proyecto, que pasa por el aumento de la edad de jubilación de 62 a 63 años, entre el año que viene y el 2027, para pasar a los 64 años el 2030, y una ampliación del periodo de cotización necesario para acceder al 100% de la prestación a 43 años.

Aunque Macron renuncia con esta reforma a la creación de un sistema único de pensiones y a subir la edad de jubilación a los 65 años. Además, ha tenido que ceder y subir la pensión minima. En concreto, los trabajadores que han cubierto el periodo completo de cotización recibirán al menos el 85% del salario mínimo, lo que equivale a 1.200 euros mensuales en 13 pagas.

El Gobierno galo toma medidas preventivas, puesto que cuenta con un superávit de 4.000 millones de euros en el sistema en los últimos dos años, a la vista de las proyecciones y aseguran que subir la edad de jubilación y alargar el periodo de cotización resultan indispensables para garantizar la supervivencia del actual sistema de reparto y de solidaridad intergeneracional. Para empezar, en 2002 había dos personas trabajando por cada pensionista, dato que en la actualidad se ha visto reducido a 1,7 trabajadores por pensionista: de seguir así la trayectoria en 2040 la tasa estaría en 1,5 cotizantes por jubilado.

Lo que haría insostenible el sistema, según Borne. O se toman medidas, o se tendría que recurir a la subida de impuestos y de cotizaciones sociales, lo que dañaría de lleno la competitividad de las empresas: "El déficit va a crecer año tras año, dejarlo crecer sería irresponsable, como también dejarse llevar por medidas demagógicas lo sería aún más (irresponsable)", explicó. 

“Es un hecho, no un argumento político”, sentenció Borne. "Hace falta que las cotizaciones de los activos financien las pensiones de los jubilados".

Le Maire por su parte destacó que el mecanismo francés “es uno de los más generosos del mundo”, aunque insostenible con las condiciones actuales, y alertó de que “cada euro cuenta para una nación que tiene 3 billones de euros de deuda”.

Francia toma medidas para evitar un escenario de déficit y sortear la quiebra del sistema, y eso que su índice de natalidad está en 1,83 hijos por mujer y el indicador español está en 1,23 hijos por mujer, y ese dato es vital para la supervivencia del sistema de pensiones. Subir la edad de jubilización para evitar la subida de impuestos, ¿Te enteras Escrivá?