El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, han firmado este miércoles el acuerdo para la segunda fase de la reforma de las pensiones. 

El Presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, advirtió que la reforma "lastrará de forma dramática" la competitividad de España porque los ingresos del sistema "se cargan" sobre las empresas.

Y es que la reforma hará que se paguen más impuestos a través de las ya muy elevadas cotizaciones sociales, y encima no se cobrará más pensión, sino menos, todo ello con el consiguiente riesgo que supone para la creación de empleo. A ver qué empresario o autónomo va a contratar si cada vez es más difícil y más caro, algo que estamos viendo con la Reforma Laboral y que ahora acentuará la reforma de las pensiones. 

En declaraciones en los pasillos del Congreso, Escrivá respondía a las críticas de la CEOE, asegurando que su reforma no carga el aumento de los ingresos de la Seguridad Social sobre las espaldas de empresas y trabajadores.

El ministro ha asegurado que el coste laboral medio por hora trabajada en España, situado en 25,4 euros, subirá en los primeros años de la reforma a 25,5 euros y alcanzará los 25,8 euros en 2050: "Es una subida de 37 céntimos". Curioso el cambio de opinión de Escrivá, que en julio de 2021 afirmaba que en España "tenemos ya cotizaciones sociales muy altas y más altas que la mayoría de nuestro entorno", alertando de que el problema eran "los gastos impropios" que tenía que afrontar la Seguridad Social.

Es más, cuando el ministro estaba al frente de la AIReF sostenía que "las cotizaciones sociales en España son relativamente altas, situándose 6 puntos por encima de la media de la OCDE", cargando el peso de las cotizaciones sociales sobre el coste laboral en el 28%, por el 22% de media de la OCDE. En otras palabras, con cada nómina, el Estado español se lleva más dinero que, por ejemplo, el alemán, y el trabajador español, menos que el teutón.

Pero es que no quedan ahí su giro y sus mentiras. Escrivá obvia el cómputo global del coste laboral, y no menciona, de ese total, cuánto se va a cotizaciones sociales. Según los últimos datos disponibles publicados por el INE, correspondientes al tercer trimestre de 2022, el coste laboral medio por trabajador y mes, incluyendo remuneraciones y cotizaciones sociales, subió un 4% en relación al mismo periodo de 2021, hasta situarse en 2.754,75 euros, marcando récord en 22 años.

De ese coste total por trabajador y mes, 2.032,05 euros corresponden a salarios y 676,24 euros a cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social. El coste salarial subió un 4,1% en tasa anual, hasta situarse en una media de 2.032,05 euros por empleado y mes. Los otros costes crecieron un 3,8%, situándose en 722,70 euros por asalariado y mes, incrementándose su principal componente, las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social, un 5%. 

¿Y si eliminamos las cotizaciones y las sustituimos por IVA?