Orsted ha presentado sus resultados anuales de 2024, que han sido bastante buenos teniendo en cuenta que aún no se ha recuperado del todo de la crisis de la eólica marina y que han llegado nuevos desafíos. Los inversores han aplaudido el fin de las pérdidas y la vuelta a beneficio, pues la cotización acumula una subida del 9,7% en los últimos cinco días, pero no basta para recuperarse del desplome que arrastra en bolsa (-11,5% en lo que va de año y -21,4% en los últimos 12 meses), y ojo, a la política contraria a su principal negocio de Donald Trump, quien además ha vuelto a retirar a EEUU del Acuerdo de París.

La energética danesa es el mayor promotor mundial de eólica marina, pero al presidente de EEUU no le gusta esta energía. De hecho, entre sus primeras decisiones en su vuelta a la Casa Blanca, está la suspensión temporal de la concesión de nuevos arrendamientos y permisos para eólica marina en el país... Al mismo tiempo, Orsted reconoció un fuerte deterioro de unos 1.662 millones de euros en el cuarto trimestre en sus activos de EEUU, por el aumento del coste de capital, la revalorización de los arrendamientos de los fondos marinos y sobre todo, los mayores costes del proyecto eólico de Sunrise que estaba en construcción. Y ambos aspectos provocaron el cambio de CEO: se destituyó a Mads Nipper y le ha sustituido desde el 1 de febrero el que era su número dos, Rasmus Errboe, quien hasta entonces era vice-consejero delegado y director comercial.

En 2024, los ingresos de Orsted han ascendido a unos 9.500 millones. Por su parte, el resultado antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (ebitda) se ha disparado un 71%, a 4.284 millones.

En resultado neto, la energética danesa ha dado un giro al lograr un beneficio neto de 2,1 millones, frente a los números rojos de 2.705 millones, a pesar del impacto negativo del deterioro de activos (2.086 millones), aunque este último ha sido un 42% menor al de 2023). Gran parte de este deterioro se ha producido en el cuarto trimestre, el cual se avanzó hace unas semanas, y se debe al retraso en la ejecución de proyectos y la subida de los costes de financiación en EEUU. 

“Nuestra prioridad número uno durante los próximos tres años será cumplir con nuestro programa de construcción de energía eólica marina de 8,4 gigavatios (GW), que casi duplicará nuestra capacidad eólica marina instalada”, afrma el nuevo CEO, Rasmus Errboe

Ante estas cuentas, el nuevo CEO, Rasmus Errboe, ha señalado que están “satisfechos con nuestro desempeño operativo y resultados financieros, donde cerramos el año en línea con nuestras expectativas actualizadas”. Asimismo, ha referido que pudieron renegociar y resolver contratos relacionados con el cierre de Ocean Wind “mejor de lo esperado”. Y si 2024 fue “un año desafiante para la industria y para Orsted”, este año también lo será (y la decisión de Trump influirá, entre otros aspectos), por lo que se ha ajustado el plan de negocios con un programa de inversiones reducido en un 25% hasta 2030 para fortalecer la estructura de capital y la creación de valor, situándose entre 28.148 y 30.829 millones. “Nuestra prioridad número uno durante los próximos tres años será cumplir con nuestro programa de construcción de energía eólica marina de 8,4 gigavatios (GW), que casi duplicará nuestra capacidad eólica marina instalada”, ha añadido Errboe.

Es cierto que Orsted ha logrado cerrar con beneficio en 2024, pero ha sido muy pequeño (2,1 millones), y se ha quedado muy lejos del de su compatriota Vestas (494 millones, casi seis veces superior al obtenido en 2023, que fue de 77 millones). Aún habrá que esperar para conocer el resultado del fabricante de aerogeneradores alemán Nordex (que tiene como primer accionista a Acciona) y nuevas cifras de Siemens Energy (la división energética del gigante industrial alemán que es dueña de Siemens Gamesa) con el fin de ver más aspectos de la evolución de la eólica marina.  

Y por último, no hay que olvidar que Orsted decidió irse de varios países hace unos meses... entre ellos, estaba España.