La OCDE es más optimista que el Banco de España, pero menos que el Gobierno. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que este martes actualizó sus previsiones, la economía española crecerá un 2,6% en 2025, dos décimas más que lo estimado en la anterior previsión. Es el mismo crecimiento estimado por el Banco de España, pero inferior al 2,7% estimado por el Gobierno.

Para el año próximo, la OCDE aumenta su previsión anterior en una décima, hasta el 2%, por encima del 1,8% del BdE, pero por debajo del 2,2% del Ejecutivo. En cualquier caso, España se sitúa a la cabeza del crecimiento económico de los países desarrollados.

Ahora bien, algo no cuadra o no está suficientemente justificado, porque uno de los motivos para el optimismo es la buena marcha de la inversión, cuando en realidad la inversión extranjera -excluidas las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros- se desplomó en nuestro país un 60% hasta junio, según el Ministerio de Economía y Comercio.

¿No será que lo que marcha bien, en realidad, es la inversión pública que realizan las AAPP con el dinero de los contribuyentes?

La última consideración, no menos importante: ¿De qué nos sirve ser el país que más crece si la renta per cápita de los españoles apenas ha aumentado un 1,6% durante los últimos 15 años, frente al 20% en la UE? No sirve para nada o, peor aún, sirve para maquillar la realidad, esto es, el empobrecimiento generalizado de la sociedad. La OCDE, el BdE, el Gobierno y demás organismos pueden predecir lo que quieran, pero lo cierto es que cada vez hay más españoles con dificultades para llegar a fin de mes.