Hace unas semanas les contábamos que el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, acudía al Congreso a dar su su valoración sobre los Presupuestos Generales del Estado 2023 y criticaba al Gobierno por la subida de las pensiones, aplazaba la recuperación económica hasta 2024 y advertía de una "notable pérdida de dinamismo de la actividad económica durante el tercer trimestre".

Ahora de Cos, vuelve a 'tirar de las orejas' al Ejecutivo. En esta ocasión ha alertado de que España podría vivir una crisis similar a la británica si no se reduce su deuda, vamos si no se reduce el gasto público. Y razón no le falta, la deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó en septiembre el máximo histórico de 1,504 billones de euros, tras crecer un 0,8% respecto al mes anterior, y un 5% (es decir, 71.715 millones ) respecto al mismo mes del año pasado, según los datos publicados este jueves por el Banco de España.

El Informe de Estabilidad Financiera de otoño del organismo da la voz de alarma sobre el peligro del desequilibrio presupuestario, temiendo que pueda desembocar en una situación similar a la ocurrido con la economía británica: "La elevada incertidumbre actual podría aumentar la aversión al riesgo en los mercados financieros".

Recuerden que, como dijimos en Hispanidad, los mercados no echaron a Liz Truss porque redujera los impuestos, sino porque los bajaba más que el gasto y porque aumentaba la deuda pública... Es decir, porque Truss pretendía aumentar gasto y pagarlo con deuda, lo mismo que está haciendo Sánchez, con los Presupuestos más populistas y caros de la historia. 

El Banco de Estaña no prevé que la deuda baje del 110% hasta 2024: "Las expectativas de evolución del endeudamiento público en España siguen situándolo en niveles elevados en los próximos años". Y el gran peligro para el organismo es que la política fiscal siga disparando la deuda, por lo que el informe insiste en que son necesarias medidas "temporales" y focalizadas en los colectivos vulnerables para combatir la inflación, con el objetivo de evitar que se incremente adicionalmente el déficit público estructural, algo sobre lo que ya alertó de Cos en el Congreso. 

El error de Truss consistió en no reducir lo suficiente el gasto público y financiar la reducción de impuestos con deuda pública: es decir, no se atrevió a acabar con el Estado del Bienestar, que es la opción más justa, los mercados castigaron a Truss y a Reino Unido, y España va por el mismo camino.