Gestamp nota la crisis que vive el sector automoción, como se puede ver en sus resultados del primer semestre. Algo que también se ha apreciado en las cifras de los fabricantes RenaultStellantisGeneral MotorsTesla, Volkswagen y su filial española SEAT S.A., entre los que se encuentran algunos de los clientes de Gestamp. Sin embargo, ha acelerado en bolsa al entrar el Banco Santander en cuatro de sus filiales inmobiliarias: su cotización sube casi un 5%, muy por encima del Ibex 35 (+1%).

Este movimiento no es baladí y menos cuando el fabricante de componentes metálicos de alta ingeniería para el automóvil está controlado en un 75,023% por la familia Riberas (a través de su holding Acek Desarrollo y Gestión Industrial) y Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) Fundación Bancaria (dueña del 57% de Kutxabank) tiene una participación del 3,002%. Eso sí, en un hecho relevante se ha informado de que la operación “responde a los objetivos estratégicos del Grupo Gestamp contribuyendo a aumentar la fortaleza del balance y poniendo en valor sus activos en España”. El banco que preside Ana Botín inyectará 245,5 millones para hacerse con participaciones minoritarias en cuatro filiales inmobiliarias (en concreto, las propietarias de los activos inmobiliarios de Gestamp en España). Claro que Gestamp mantendrá el control de todos los activos y la operación de su actividad industrial en nuestro país.

Vayamos a los resultados semestrales del grupo que tiene como presidente ejecutivo a Francisco José Riberas Mera, que no han sido buenos, reflejando que nota más la crisis en automoción que otro fabricante de componentes también controlado por la familia Riberas (el vasco CIE Automotive). Los ingresos han descendido, pasando de 6.140 millones a 5.844 millones, por la bajada en la producción de vehículos en las regiones de Europa Occidental y NAFTA (Canadá, EEUU y México), y por el impacto negativo del tipo de cambio. Por su parte, el beneficio neto se ha reducido hasta 75 millones, frente a los 106 millones de hace un año.

Sin embargo, ha logrado mantener el nivel de resultado bruto de explotación (ebitda), que ha pasado de 642 millones a 641 millones. Eso sí, si se tiene en cuenta el Plan Phoenix puesto en marcha en la región de NAFTA para mejorar su rentabilidad, la cifra asciende a 651 millones. El grupo ha destacado que está enfocado en preservar y mejorar la rentabilidad, mediante la implementación de iniciativas a corto plazo que incluyen medidas de flexibilidad y un plan de control de costes que permiten asegurar la eficiencia. De hecho, a pesar de la caída de la producción en dicha región, el margen ebitda ha alcanzado el 7% (excluyendo el impacto del Plan Phoenix) y está muy cerca del objetivo anual (8%). Y la deuda neta ha descendido ligeramente, de los 2.191 millones del primer semestre de 2024 a los 2.141 millones, con un ratio de deuda sobre ebitda de 1,7 veces.

Francisco José Riberas Mera ha destacado que “en un entorno especialmente desafiante para el sector, nuestro foco es mantener nuestra posición de liderazgo en una industria en profunda transformación, mejorar la rentabilidad y proteger el balance”. “Las medidas de mejora de la eficiencia y control de costes se reflejan en los resultados obtenidos que, junto con la fuerte generación de caja en este semestre, consolidan un sólido perfil financiero”, ha añadido. Y a todo esto se suma la entrada del Banco Santander en cuatro filiales inmobiliarias. Además, no hay que perder de vista el interrogante de si se va preparando la sucesión en Gestamp porque Francisco José Riberas Mera (61 años) ha designado a su hija Patricia Riberas López (33 años, y que cumplirá 34 el próximo 23 de octubre) como consejera ejecutiva de la compañía, en la que trabaja actualmente como responsable de la Oficina de Excelencia Operacional y a la que se incorporó en 2018. Una decisión que ha sido ratificada por la última Junta de Accionistas celebrada el pasado mayo.