En las últimas semanas del año se están conociendo cambios de liderazgo algo curiosos, al que se dará en BMW, se suma ahora el que habrá en The Coca-Cola Company, pese a que va mejor que su principal rival, PepsiCo. Y es que ha decidido que Henrique Braun (57 años) releve a James Quincey (60 años, que cumplirá 61 el próximo 8 de enero) como CEO a partir del próximo 31 de marzo.

Una decisión que ha tomado la junta directiva de la multinacional de refrescos, de la que forma parte Ana Botín, presidenta del Banco Santander, como consejera independiente. Actualmente, el ingeniero agrícola estadounidense Braun ejerce como vicepresidente ejecutivo y director de operaciones, y este último cargo le recayó el pasado enero. En unos meses ascenderá a CEO, pero el ingeniero electrónico británico Quincey no dejará la compañía, sino que pasará a ser presidente ejecutivo, por lo que dejará en las manos de Braun más la gestión del día a día que lleva liderando como CEO desde mayo de 2017, y a la que sumó el cargo de presidente en 2019.

Ambos no coinciden sólo en ser ingenieros, sino en que se unieron a la multinacional que cambió de color el traje de Papá Noel en 1996 y desde entonces han ido ocupando distintos puestos, en una línea ascendente. Quincey se incorporó como director de estrategia de aprendizaje en Hispanoamérica, pasando después a la parte operativa y a dirigir la división de Hispanoamérica Sur en 2003; de ahí, saltó a presidir Coca-Cola en México y más adelante, cruzó el océano Atlántico para presidir la unidad de negocio del Noroeste de Europa y los Países Nórdicos, y luego presidir la multinacional en Europa, y en esta época influyó en la creación de la ‘megaembotelladora’ Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) que preside Sol Daurella y que surgió de la fusión de la ibérica CCIP (la cual fue fruto de unir a los antiguos embotelladores españoles, provocando el cierre de varias plantas y un polémico ERE, pese a tener beneficios, que duró años y sólo se cerró vía prejubilaciones), la alemana y Coca-Cola Enterprises (embotelladora en Norteamérica y Europa Occidental), y que años más tarde ha comprado Amatil (la embotelladora de la región Asia-Pacífico). De Europa, Quincey ascendió a director de operaciones a nivel mundial entre los años 2015 y 2017, y de ahí a la cúpula, a los cargos de CEO en 2017 y sumando después el de presidente en 2019, sucediendo a Muhtar Kent, quien se jubiló.

Por su parte, Braun, que nació en California (EEUU), pero se creció en Brasil, entró en Coca-Cola en 1996 y fue adquiriendo puestos de creciente responsabilidad en las regiones de Norteamérica, Europa, Hispanoamérica y Asia, relacionados con distintas partes del negocio. También llegó a presidir la multinacional en China, Corea del Sur y Brasil. Entre 2023 y 2024, ejerció como vicepresidente sénior y presidente de Desarrollo Internacional; en 2024 ascendió a vicepresidente ejecutivo; y sumó el cargo de director de Operaciones el pasado 1 de enero. A partir del próximo 31 de marzo, ascenderá a CEO de la multinacional de refrescos con sede en Atlanta. “Me siento honrado de asumir este nuevo cargo y aprecio enormemente todo lo que James ha hecho para liderar la empresa”, ha señalado Braun. “Me centraré en mantener el impulso que hemos generado con nuestro sistema. Trabajaremos para impulsar el crecimiento futuro en colaboración con nuestros embotelladores. Estoy entusiasmado con el futuro de nuestro negocio y veo enormes oportunidades en un mercado global en constante evolución”, ha añadido. 

Desde The Coca-Cola Company se ha destacado que Quincey ha liderado la transformación del negocio como una compañía integral de bebidas, con el objetivo de mantener una estrecha conexión con los consumidores, y se ha producido la incorporación de más de 10 marcas adicionales, así como el hecho de que fue el artífice del rediseño de la estrategia y del modelo operativo para crear una empresa más ágil y conectada, con un enfoque en la transformación digital y un marketing modernizado, y también llevó las riendas durante la pandemia de Covid-19. “James Quincey es un líder transformador”, ha referido David Weinberg, consejero independiente y coordinador de la multinacional. “James seguirá participando activamente en el negocio desde su cargo de presidente ejecutivo. Confiamos en que Henrique Braun aprovechará las fortalezas de la compañía para generar más oportunidades de crecimiento y fortalecer el increíble sistema Coca-Cola”, ha añadido. 

Se espera que la transición sea fluida en una multinacional que no sólo va bien en resultados, sino también en bolsa, donde acumula una revalorización del 12% en el último año. Eso sí, no se prevé que cambie su ideología progre, cuya última muestra se ha podido ver en su anuncio de Navidad, donde al igua que otras muchas compañías, no menciona que se celebra el nacimiento de Jesucristo