Coca-Cola insiste en su buen trato a España y ahora le da lo que necesita: ni más ni menos que más prejubilaciones. Algo que teniendo en cuenta la creciente nómina mensual de pensiones, los problemas de dicho sistema y la crisis demográfica no ayudan, al igual que sucede con la jubilación forzosa​ como contamos. Pero es la forma que tiene la ‘megaembotelladora europea’, Coca-Cola European Partners (CCEP), donde se integró Coca-Cola Iberian Partners (CCIP) -antigua embotelladora española-, bajo la gestión de Sol Daurella, para intentar poner punto y final a un largo conflicto laboral que dura ya casi cinco años.

Como saben, dicho conflicto empezó en 2014, cuando la empresa acometió un ERE, a pesar de tener jugosos beneficios, y cerró tres fábricas (Colloto, Palma de Mallorca y Alicante). Los empleados de la planta de Fuenlabrada resistieron el pulso, luchando por sus derechos, a través de un largo historial de sentencias judiciales, pero sufriendo el desmantelamiento de la fábrica, la falta de trabajo efectivo y un “maltrato continuado de tres años (incluyendo el intento de modificación de sus contratos)”.

Tras casi cinco años, empieza "el principio del fin" del conflicto, señala Juan Carlos Asenjo, presidente del comité de empresa

Ahora, empieza “el principio del fin” del conflicto, ha señalado Juan Carlos Asenjo, presidente del comité de empresa de la planta madrileña, a Hispanidad. Aunque a CCEP le ha costado entender las cosas, pues quería acabar con la plantilla y cerrar la fábrica, al final, ha llegado a un preacuerdo con plantilla (166 empleados) y sindicato: así evita que el conflicto llegue al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo (como quería desde hace meses). Mientras, estos últimos han logrado que acabe “el maltrato en un centro sin actividad y no alarga el conflicto otros dos o tres años”, lo que podría haber dado lugar a un “conflicto eterno”.

Asenjo ha explicado que en las negociaciones primero se ha buscado un proyecto: han logrado un compromiso de Coca-Cola para retornar a un proyecto logístico-industrial en la zona centro (aunque no en Fuenlabrada). Un nuevo centro de trabajo destinado a los menores de 58 años, aunque CCEP tendrá dos años para estudiar su idoneidad y al final todo dependerá de las condiciones de mercado.

Primero, se busca un proyecto, pero Coca-Cola tendrá dos años para estudiarlo, y dado su historial, se incorpora un plan social 

“Conociendo el historial de Coca-Cola, hemos incorporado un plan social de garantías personales” para los empleados, ha destacado Asenjo. Los mayores de 52 años (79 empleados) pasarán a un estado de prejubilación de dos años (del próximo enero a enero de 2021) en función de su edad y los que en esta última fecha no tengan 52 años para acceder a la prejubilación, tendrán un permiso retribuido y salarial durante dos años. En el caso de que CCEP no abra un nuevo centro, los menores de 52 años (87 empleados) se jubilarán con el 80% del salario neto, los mayores de 52 años lo harán con el 93% hasta su jubilación y los mayores de 61 años verán extinguidos sus contratos con un pago único pactado como indemnización.

Eso sí, Coca-Cola ha conseguido que la planta de Fuenlabrada cierre definitivamente. Y eso a pesar de que desmantelarla fue más una cuestión política, pues no había razones económicas ni organizativas que justificaran la deslocalización de la producción de Madrid a otras zonas como Barcelona, Valencia o Sevilla. Asimismo, no hay que olvidar que era la segunda fábrica más productiva de Coca-Cola en Europa, tras Lyon (Francia), se había hecho una gran inversión tecnológica y era la que más visitaban los directivos de Atlanta cuando venían al viejo continente. Un centro del que ni siquiera hablaba Juan Ignacio de Elizalde, director de Coca-Cola Iberia (la filial española de la multinacional de Atlanta), a pesar de que su desmantelamiento ha disparado los costes de transporte... y, por cierto, las prejubilaciones acordadas ahora también dispararán los costes de CCEP, aunque la 'megaembotelladora' europea va mejor que la multinacional (ha perdido 11.100 millones de euros en ingresos en seis años).