La pandemia del coronavirus no ha hecho desaparecer el peligro de que China asalte la energía europea, que ahora resurge, aunque lo haga a menor nivel que antaño. Tras el ‘caso Tres Gargantas’ (el fracaso de su OPA sobre la energética lusa EDP, aunque sigue siendo su principal accionista, con un 21,55%) y el endurecimiento de la postura de Bruselas, ya no entra a lo grande comprando empresas, sino activos, y le gustan mucho los renovables. Ahora ha abierto una filial en España dedicada a la adquisición, administración y gestión de patrimonio mobiliario, cartera de valores e inversiones, como informa Cinco Días.

Esta filial se llama China Three Gorges (Spain) SL y será la encargada de gestionar, entre otros activos, los 500 megavatios (MW) fotovoltaicos que compró a X-Elio (antiguo negocio solar que los hermanos Riberas vendieron a los fondos KKR y Brookfield, sus actuales propietarios al 50%) a mediados de agosto, dos meses y medio después de que se conociera su interés. En este tema no hay que olvidar la burbuja especulativa en renovables que no deja de crecer en España ante la falta de subastas.

La burbuja especulativa en renovables no deja de crecer en España ante la falta de subastas

Y dentro de esta burbuja está la puja por T-Solar (propiedad del fondo estadounidense de I-Squared desde la disolución de Isolux Corsán y que ahora quiere vender por 1.500 millones de euros). Los chinos de CTG no están solos en la puja, sino que compiten con: Naturgy, el fondo de pensiones canadiense CPPIB (en consorcio con Q-Energy, brazo inversor en renovables de la gestora de fondos de capital riesgo española Qualitas Energy) y la alianza entre el fondo australiano Macquarie y el productor global independiente de energía solar Sonnedix (este último tiene sede en EEUU y es un vehículo de inversión del banco JP Morgan).

Los movimientos en X-Elio y T-Solar los hace directamente CTG, aprovechando que aún no está listo el mecanismo proteccionista europeo y aunque se hayan puesto algunas medidas para proteger a las empresas estratégicas ante la pandemia. Los chinos han puesto sus ojos en España, pues a los pasos directos que ha dado CTG, se suman los indirectos: EDP, la energética lusa de la que es el principal accionista, compró el 75% de Viesgo, el cuarto distribuidor de electricidad en nuestro país, pues Macquarie sólo tardó unos meses en dar el pase (compró en marzo para vender en julio). De hecho, el pasado miércoles, el Consejo de Ministros autorizó la inversión extranjera de EDP en las sociedades Fresco International, Viesgo Producción, Viesgo Renovables y Viesgo Europa. Además, no se puede olvidar que hace tiempo que EDP se hizo con Hidroeléctrica Asturiana, convirtiéndola en su joya de la corona (EDP Renováveis). 

Paralelamente, Shanghai Electric, multinacional china de generación de energía y fabricación de equipos eléctricos, se ha interesado por Siemens Gamesa, en concreto, por la totalidad de la compañía de aerogeneradores o por determinados activos que Siemens Energy (dueño del 67%) barajaría vender. Y no es su primer intento en el sector de las renovables español: pujó por Zero-E, filial de ACS, pero al final la petrolera lusa Galp le ganó el pulso. En concreto, ha creado una joint venture con ACS, aunque ¡Oh capitán, mi capitán! ha vuelto a apostar por la especulación y ya quiere vender su 25%.