• El Ejecutivo continúa vendiendo la gran mentira de sus ayudas a la familia.
  • Sólo extenderá los 100 euros mensuales (¡hasta los tres años!) a madres solteras… y trabajadoras: la miseria de siempre.
  • Eso sí, en España no hay subvenciones a la maternidad pero sí a la compra de automóviles: ya tenemos el PIVE-7.
  • El justicia española es lenta y mala. Falta dinero sí, pero también ecuanimidad por parte de los jueces… y sobran garantías procesales.
  • Ley de segunda oportunidad. Buenas intenciones pero la única deuda buena es la ya pagada.
  • Reducir cuotas sociales. Los 240.000 empleos creados con la tarifa plana demuestran que, si bajas los impuestos laborales, creas empleo.
  • Eso sí, el PP, en su línea desesperante: pasito a pasito.
  • Ley contra la crisis bancaria. Buen planteamiento pero crucen los dedos, hasta que se cree el fondo paneuropeo de aportaciones bancarias.

Consejo de Ministros del viernes 27 de febrero de 2015. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (en la imagen junto a Catalá y Guindos), está que lo tira: sale al ruedo, ante su enemiga, la prensa, en su actividad favorita de toda la semana, la que le otorga todas las posibilidades políticas, y nos cuenta que el Gobierno gobierna tanto, tanto, tanto, que en la recta final sale a cinco proyectos de ley más un decreto-ley por Consejo. Por ejemplo, el de hoy viernes. Es más, Soraya nos ilustra: el Gobierno ya no redacta proyectos de ley sino que "da materialización" a sus proyectos políticos. No es lo mismo legislar, promulgar y gobernar, que "dar materialización" a las cosas. Esto segundo representa un acto mucho más profundo y creativo.

Y así el Gobierno Rajoy ha "dado materialización" a su agenda social. O sea, tras tres años de darnos palos ahora nos enseña las zanahorias. Lo malo es que los palos eran enormes y las zanahorias chiquitas.

Por ejemplo, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, empeñado en hacer leña de su antecesor caído, un tal Alberto Ruiz-Gallardón, nos explica que suprimirán las tasas judiciales para todos los particulares. Las mismas tasas que subió Gallardón, que era un chico muy perverso y del que en Moncloa se sospecha mató a Manolete. Junto a ello, toda una serie de medidas para agilizar la labor de la justicia. La verdad es que la justicia española necesita ser más rápida. Eso solo se consigue con dinero y con más ecuanimidad por parte de los jueces y menos garantías procesales, que no hacen más justa la Administración de justicia y sí configuran una Justicia al servicio de ricos dotados de buenos equipos jurídicos.

Luego está el decreto ley de una segunda oportunidad para familias y autónomos sobre endeudados. La verdad es que no confío mucho en este tipo de leyes: acuerdos extrajudiciales de pago, reestructuración de deudas... Buenas intenciones, sin duda, pero mire usted: la única deuda buena es la que no existe.

En cualquier caso, se eliminan las cláusulas suelo -ya era hora- de las hipotecas y se refuerzan las medidas anti-desahucio. Está muy bien, sólo que esas medidas sólo han conseguido 3.500 daciones en pago. Y eso es muy poco. 

Una medida mucho mejor, asimismo anunciada por Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación: reducción de cuotas para nuevos contratos indefinidos. No se cobrarán los primeros 500 euros. Por ejemplo, genial para contratar mileuristas. Esto es, un pasito más respecto a la tarifa plana de cotizaciones  a la Seguridad Social, que ha supuesto, o inducido, la creación de 240.000 puestos de trabajo. Es decir, que reducir los impuestos laborales sí crea empleo. El problema con el PP, el de siempre: lo que hace bien, lo hace pasito a pasito. 

Y también se reducen las peonadas agrícolas necesarias para cobrar el subsidio agrario. No sé si es bueno pero tampoco nos vamos a ensañar porque se ayude a gente de pocos posibles.

Luego viene la burla del PP. Como siempre, con la familia. Soraya vende "cheques familiares", pero es que la vicepresidenta siempre es muy económica con la verdad.

En materia de familia, el Gobierno Rajoy miente más que habla. A ver si nos entendemos: lo único que ha hecho Rajoy es extender a las madres solteras -perdón, familias monoparentales- con dos hijos, el rumboso 'cheque' de los 100 euros mensuales. Ojo, sólo pueden cobrarlo, tanto familias 'normales' como 'monoparentales' (que no son normales aunque sean gays, porque los niños necesitan de padre y madre, si tienen trabajo o cobran subsidio. Es decir, en otros países, además de pagar el triple y el cuádruple de esa cantidad por hijo, y hasta los 18 años de edad, además de otras muchas ayudas, cobran el cheque tanto mujeres trabajadoras como amas de casa. Y, en cualquier caso, no son 100 euros al mes. Criar a un niño cuesta mucho más y lo que la economía española necesita son niños, más juventud y menos envejecimiento.

Oír a Soraya vender las ayudas a la familia dentro de la agenda social del Gobierno no es apto para estómagos sensibles.    

Ahora bien, si en España no hay subvenciones a la maternidad sí lo hay a la compra de automóvil: el PIVE-7. ¿Será el último? Soraya no lo aclara, aunque le encanta vender estas subvenciones a la compra de automóviles. El problema, el de siempre: el PIVE ha dado resultados y ha reverdecido un sector básico como el de la automoción. En eso todos estamos de acuerdo, pero el problema de las subvenciones al consumo es que comer y rascar todo es empezar. ¿Cuándo terminará el PIVE? ¿Habrá PIVE-8? Por de pronto, 175 milloncejos más. 1.000 euros por coche nuevo que pone el Gobierno, y otro tanto que pondrá el concesionario. Oiga, llevamos 750.000 automóviles vendidos por esa vía y con el PIVE-7 llegaremos a los 900.000.

Y entonces comienza a hablar Guindos: proyecto de ley sobre recuperación y resolución de entidades de crédito y empresas de servicios de inversión. Dentro del proceso de la Unión Bancaria Europea, claro.

En plata: ¿quién paga las crisis bancarias? Como dice Guindos, si esa ley hubiera estado en marcha, los españoles no habríamos tenido que pagar un euro por las entidades en quiebra. Según sus cálculos, han pagado 60.000 millones de euros por el momento. ¡Venga ya, don Luis! Hemos pagado mucho más, porque el único gasto no ha sido la capitalización de bancos en peligro sino, por ejemplo, los esquemas de protección de activos.

Lo cierto es que si el esquema europeo se hubiera introducido en España, sin esperar a mutualizar las pérdidas bancarias, tampoco habríamos pagado nada.

El esquema es el siguiente: a través del Mecanismo Único de Resolución (MUR) el objetivo es doble: se asegura el pago de hasta 100.000 euros por cuenta corriente o depósito. Para ello, cuando un banco entra en pérdidas, o directamente en liquidación, los primeros que se quedan sin su dinero son los accionistas, luego los de deuda subordinada, luego los híbridos (preferentistas, por ejemplo. Que no, que no son ahorradores, son inversores), luego los titulares de deuda senior y, finalmente, los  depositantes por encima de esos 100.000 euros.

Con eso se cubre un 8% del pasivo bancario total. Otro 5%, lo cubriría el fondo de salvamento de bancos que se va a establecer en Europa, con un capital que rozará los 90.000 millones de euros. Así, hasta el 13%. Y lo que dice Guindos: oiga, si un banco en dificultades no tiene para pagar el 87% de sus pasivos, entonces es que no es un banco, es una castaña pilonga.

¿Cómo se instrumenta todo esto? Pues con un Banco Central Europeo que llevará la inspección del 90% del sistema bancario del euro y un Mecanismo Único de Supervisión (MUR) dirigido por una Junta de seis notables -entre los que se cuenta el español Antonio Carrascosa- que decidirá sobre la liquidación de cada entidad.

Para el 10% restante del sistema bancario, seguirá operando el Banco de España y fondos nacionales, durante un periodo de nueve años hasta que se mutualice (o sea, a escote) el dinero para sanear bancos en toda la zona euro.

Y aquí es cuando ustedes, claro, se preguntan para qué servirá el Banco de España dentro de nueve años. Buena pregunta, yo me la formulo a cada momento y no conozco la respuesta, pero me la imagino en el curso de mis más tenebrosos pensamientos.

Eso sí, los bancos deberán aportar el 1% de sus depósitos bancarios y, pasando de lo general a lo particular, a la banca española, en nueve años, tendrá que apechugar con unos 5.300 milloncejos de euros.

Oiga, y ya puestos a ser cenizos: ¿Qué pasará si durante ese periodo transitorio, hasta que está constituido un fondo fetén, se nos cae otra vez la banca europea, con una nueva crisis financiera? Pues en ese caso, mi querido amigo, sólo quedan dos soluciones: rezar o llorar. Personalmente, considero que lo primero es mucho más eficaz.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com