Abengoa ha ampliado el plazo para que los acreedores de deuda nueva que no lo han hecho hasta ahora se adhieran al contrato de bloqueo (o lock-up). Los principales tenedores de deuda lo suscribieron a finales de año, pero necesita un el apoyo del 66% en todos los tramos para seguir adelante con la reestructuración de reestructuración de la deuda acordada con los bancos, en septiembre, para blindar la viabilidad futura de la ingeniería.

Abengoa informa este martes, en un hecho relevante (en el documento adjunto), que sigue al del 31 diciembre, en el que anunció ese contrato de lock-up con entidades financieras e inversores con la mayoría del new money 2, el tramo 2 de deuda nueva tras el acuerdo de reestructuración de 2017.

Urquijo da más tiempo, hasta el día 21, para que los impugnantes, avalistas y bonistas su sumen a los principales acreedores 

En concreto, ha ampliado el plazo seis días, hasta el 21 de enero, para que los impugnantes, avalistas y acreedores envíen las cartas de adhesión. En el caso de los bonistas, los ha alargado tres días , hasta el día18. Abengoa se comprometió con los bancos a dejar en suspenso hasta el 31 de enero el ejercicio de cualquier acción o derecho y a congelar cualquier trasmisión de deuda. Y es que la ingenería necesita el apoyo de los acreedores en todos los tramos, 1 o 2, y en el conjunto, al menos del 66%. 

El acuerdo de septiembre con los bancos prevé la sustitución de la deuda financiera por deuda convertible a 10 años, al tiempo que Abengoa obtenía 95 millones de liquidez del Santander (a través de una emisión de bonos hipotecando la planta de cogeneración mexicana Tercer Tren o AT3) y el compromiso de los bancos para disponer de una nueva línea de avales por 140 millones.

El objetivo último, en cualquier caso, es alejar el peligro de concurso de acreedores

Paralelamente, los bonistas con deuda senior (1.600 millones) y junior (1.200) podrán tomar hasta el 78% del capital de la ingeniería sevillana, opcionalmente en 5 años y obligatoriamente en 10.

El objetivo último, en cualquier caso, es alejar el peligro de concurso de acreedores, como informó el propio Urquijo a los analistas, pero una cosa es clara también: el riesgo de Abengoa no ha bajado y su futuro depende de reforzar el Ebitda en su negocio clave, la ingeniería, como mostraban los decepcionantes resultados hasta septiembre.

Tampoco ha despejado todavía, por cierto, el acuerdo con los bonistas que impugnaron el pacto de financiación (septiembre de 2016).