Abengoa adelantó al domingo sus planes para asegurar la viabilidad con dos motivos: enfrentarse este lunes con los analistas, por un lado, y rebajar, por otro, el ruido de la junta extraordinaria de accionistas de este martes, aunque no se espera ningún cambio.

¿Qué ha explicado a los analistas? Básicamente, lo mismo que ya adelantó ayer en el hecho relevante a la CNMV (en el documento adjunto) sobre el escenario de la nueva Abengoa, recibido en bolsa con una subida de las acciones A del 6,53%, hasta 0,021 euros, aunque ha llegado al +17%.

Pero ojo, el riesgo no ha bajado y los anuncios no dejan de ser anuncios para ser viable, que depende de más cosas, y no ha despejado otro problema: el acuerdo con los bonistas que impugnaron el pacto de financiación (septiembre de 2016), aunque se aleja del peligro de concurso gracias a los avances con los acreedores para tener más liquidez.

La clave para Urquijo: seguir volcado en ingeniería y construcción, sin nueva deuda, pero con más dinero para crecer

Los tiempos han cambiado y la actual estructura de capital ya no sirve para el modelo de negocio que quiere emprender la ingeniería. El presidente, Gonzalo Urquijo (en la imagen), ha vuelto a insistir en ello, dejando en segundo plano los resultados en el primer semestre, que se han saldado con una pérdida de 100 millones. Han influido los costes financieros, compensados en parte con la venta del 25% de Atlantica Yield a Algonquin. El efecto de la venta del otro 16,5% se cierra en el cuarto trimestre.

Los cambios en la sociedad explican las nuevas líneas de avales acordadas con los acreedores (por 140 millones) -los anteriores, por 300 millones, han sido ya utilizados- y una inyección de liquidez de 97 millones.

Todo ello obliga a una nueva reestructuración de la deuda, según Urquijo, “para asegurar el futuro de Abengoa”, ojo, con la misma estrategia que la seguida hasta ahora, proyectos llave en mano de ingeniería y construcción, con disciplina para ajustar los costes sin asumir más deuda. Por esa vía se ha adjudicado los proyectos de 1.424 millones al cierre de 2017.

Sube un 6,53% en bolsa, pero no ha firmado el acuerdo para compensar a los bonistas díscolos

Ahora bien, esa actividad tiene una desventaja en el caso de Abengoa por un balance “excesivamente apalancado”, ha dicho Urquijo, que limita las posibilidades de crecimiento y de generación de caja con nuevos proyectos, sobre todo en el exterior. En reparto de los nuevos avales, de hecho, solo 15 millones son para España. El resto (125) son para proyectos fuera.

Todo ello, sin abandonar el plan previsto de desinversiones, por el que se han vendido activos, el más importante de ellos su ex filial Atlantica Yield (comprada por la canadiense Algonquin).

También sucederá lo mismo con la planta de cogeneración mexicana Tercer Tren o A3T, que ha sido hipotecada ahora, como quien dice, para obtener nueva financiación. Con ello entramos en la reestructuración de la deuda propiamente dicha pactada con los acreedores y bancos.

Dicho de otro modo, es ese activo precisamente el que sirve como recurso en los nuevos avales por 140 millones, mediante la emisión de un bono convertible en acciones de esa misma sociedad. Eso implica cambios en el tramo 2 pactado en 2017, en la anterior reestructuración de la deuda. Los tramos 1 y 3, sin embargo, siguen como estaban y se pagarán según lo previsto (con las mismas condiciones económicas y los mismos derechos preferentes).

El protagonismo de la planta mexicana está en los cambios del tramo 2, que implica una emisión convertible en acciones de 97 millones (el 55% de dinero nuevo) y una línea de liquidez de 65 millones (el 45% de dinero nuevo restante).

En los dos casos, la prenda es el Tercer Tren o A3T y los fondos servirán para atender las necesidades corporativas y el plan de negocio. El destinatario es Abenewco 1, la sociedad creada por Abengoa para controlar las participaciones de la matriz y sus filiales.

También se incluye en ese acuerdo la entrega a los acreedores de dinero nuevo que permanecen en Abenewco 1 un instrumento obligatoriamente convertible en acciones representativas de un 18% de esa sociedad y la entrega a los tenedores del Convertible A3T un instrumento obligatoriamente convertible en acciones por un 4% de la misma sociedad.

Al acuerdo se pueden incorporar además los acreedores del old money hasta el 30 de noviembre. De hecho, Abengoa ve una vía para optimizar su estructura de balance y acceder a nueva financiación en el futuro.