Nuevo hito en Abengoa: la compañía que preside Gonzalo Urquijo ha firmado la paz con los acreedores para la venta del 16,47% de Atlantica Yield a la canadiense Algonquin, con la que la ingeniería tiene un acuerdo de colaboración (la sociedad conjunta Abengoa-Algonquin Global Energy Solutions, AAGES) para desarrollar proyectos sin arriesgar en financiación y deuda. 

Esa venta estaba pendiente de un acuerdo -comunicado este jueves por la empresa a la CNMV-, porque cambiaron los términos de la venta respecto a la venta, en noviembre, del primer paquete del 25%, como constaba en la documentación (esencialmente, se vendió a menor precio). A partir de ahora, el cierre de la operación queda sujeto a las condiciones habituales.

Los acreedores del new money son puntillosos con cualquier modificación. Sucede lo mismo con el proyecto de construcción, para la venta posterior, de la planta mexicana de cogeneración A3T Tercer Tren, una pieza esencial para el futuro de Abengoa. Es, después de Atlantica Yield, la desinversión de más peso para la ingeniería andaluza.

Abengoa ha recibe así el visto bueno para la liberación total de los fondos del escrow A3T, un vez completada la venta del 16,47% de la yieldco. La última liberación de fondos fue de 91 millones de dólares, como ya informó la empresa al presentar los resultados. Ahora, ya puede liberar los 68 millones pendientes para completar la construcción, prevista antes de que acabe este año.

Urquijo se da más tiempo para llegar a un acuerdo sobre la nueva emisión. Ahí, los acreedores no tienen tanta prisa

Urquijo tiene pendiente resolver la fórmula de un acuerdo con los acreedores para una nueva emisión de 142 millones, necesaria para cumplir con los bonistas que impugnaron el acuerdo de financiación de septiembre de 2016 y a los que el juez de lo Mercantil 2 de Sevilla dio parcilamente la razón. Recuerde que fue "por el sacrificio desproporcionado que impone el acuerdo de refinanciación impone”, con una quita del 97% de la deuda. Los tres principales interlocutores por ese lado son Zurich, Liberty y Eximbank.

El problema, en este caso, es con los acreedores del new money, no con esos bonistas. Asombra que el principal escollo sea el plazo de pago (¡seis meses de diferencia!) de la nueva emisión. Las condiciones económicas son las mismas que las de la deuda senior ya existente, pero el vencimiento varía: marzo de 2022 para la nueva emisión, no septiembre de ese año, como la anterior.

Gonzalo Urquijo, en cualquier caso, seguirá negociando -no le queda otra- para llegar a un acuerdo beneficioso para todos los implicados. Se da más tiempo, porque de lo contrario quedaría en cuestión todo lo conseguido hasta ahora para hacer viable Abengoa.