Por otro lado, EEUU y la UE tratan de convencer al presidente ruso para que deje de apoyar al líder sirioEl presidente-dictador de Siria, Bashar al Assad, ha dicho a la oposición que está dispuesto a mantener un diálogo para poner fin al conflicto en el país, donde las revueltas vinculadas a la 'primavera árabe', brutalmente repelidas por su Gobierno, han causado centenares de muertos. Porque para Bashar al Assad se trata de una guerra contra grupos terroristas financiados por países extranjeros para acabar con su Gobierno.

La cuestión para saber si Bashar al Assad va a caer o no es si seguirá apoyado por Rusia y China. Por eso, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha urgido a Rusia a que convenza al régimen de Bashar al Assad para que encamine una transición política en Siria que culmine con la salida del presidente sirio. Y este domingo, los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, llegaron a San Petersburgo dispuestos a tratar de convencer a su anfitrión -el presidente ruso, Vladimir Putin- de que cambie de opinión.

Por su parte, el órgano oficial del Partido Comunista chino (PCCh) ha advertido a la comunidad internacional contra una intervención internacional militar en Siria y recordó que China, como Rusia, se opone a una injerencia en el país árabe: "La cuestión siria debería ser resuelta por el pueblo sirio", escribió el Diario del Pueblo.

Lo dicho: mientras continúe el apoyo de Putin y de los comunistas chinos a Bashar al Assad, este seguirá en el poder.

Andrés Velázquez
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