Sr. Director:
A medida que la actividad homosexual gane aceptación en nuestra cultura, habrá más presión entre los cristianos para explicar la clara prohibición de la Iglesia al respecto.

 

Ahora se trata de la línea liberal estándar la que proclama que la Biblia, cuando se interpreta correctamente, no prohíbe la actividad homosexual. Pero esta proclamación choca con claros pasajes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.

El primero, naturalmente, es la famosa historia de los ángeles enviados por Dios a Sodoma para visitar a Lot: "No se habían acostado todavía [los ángeles], cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, jóvenes y ancianos, todo el pueblo sin excepción, cercaron la casa. Llamaron a Lot y le dijeron: "¿Dónde están esos hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que abusemos de ellos". Lot salió, cerró la puerta y les dijo: "Hermanos míos, os suplico que no cometáis tal maldad. Yo tengo dos hijas vírgenes; os las voy a sacar fuera, y haced con ellas lo que queráis; pero no hagáis nada a estos hombres, puesto que han entrado a la sobra de mi tejado. Ellos le respondieron: "¡Quítate de ahí!". Y se decían: "Éste vino aquí como emigrante, y quiere constituirse en juez; haremos contigo peor que con ellos". Le empujaron violentamente y trataron de romper la puerta. Pero los dos hombres sacaron su brazo, metieron a Lot con ellos en casa y cerraron la puerta..." (Génesis 19:4-10).

Lo que nos comunica este pasaje es bastante claro. Los hombres de Sodoma eran homosexuales que querían tener relaciones con los hombres que estaban en la casa. Lot les ofreció a sus hijas, pero no les interesaron. Poco después, Sodoma fue destruida por Dios a causa de los pecados de sus gentes, es decir, sus actos homosexuales. Este hecho es confirmado en el Nuevo Testamento: "...Como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y a la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno" (Judas, 7).

Pero desde luego, éstos no son los únicos pasajes de la Biblia que condenan la actividad gay. El Antiguo Testamento contiene otra condena nada ambigua: "No te acostarás con un hombre como se hace como una mujer; es una acción infame" (Levítico, 18:22).

Y estas declaraciones no se limitan al Antiguo Testamento. "Por eso Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas; pues, por una parte, sus mujeres cambiaron las relaciones naturales del sexo por otras contra la naturaleza. Por otra, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se entregaron a la homosexualidad, hombres con hombres, cometiendo acciones vergonzosas y recibiendo en su propio cuerpo el castigo merecido por su extravío" (Romanos 1:26-27).

Para un cristiano liberal, es extremamente difícil explicar este pasaje. Aquí no se mencionan en ningún momento la promiscuidad o la violación gay; más bien, Pablo carga contra cualquier relación homosexual (que él describe como "no natural", "vergonzosa").

Los cristianos liberales se encuentran en un dilema. ¿Cómo se puede compatibilizar la homosexualidad con la Biblia? Por lo que parece, su solución es retirar de la Biblia su poder moral, y perderse en círculos retóricos intentando escapar a su claro mensaje.

Isidro García Robles