• Exige que los canales de TV emitan sus mejores espacios más temprano. Vamos, que las teles las programe el Gobierno.
  • Por lo de la conciliación. Y también pretende marcar a las empresas los horarios laborales: nada de reuniones tardías.
  • Eso sí, a las madres ni agua: el plan de Igualdad 2014-2016 prevé desgravaciones fiscales a la maternidad pero no el salario maternal.
  • Mientras, nombra a Susana Camarero, 'especialista' en violencia de género, como sustituta de Juan Manuel Moreno como secretaria de Estado de Igualdad. Vamos a peor.
  • En su habitual estado de trance el ministro Morenés anuncia el envío de tropas a República Centroafricana y, sobre todo, que el ejército norteamericano amplía su estancia en Morón.
  • Otros 50 millones de euros de dinero público para los partidos políticos.

Consejo de Ministros del 7 de marzo. Protagonismo para la ministra de Sanidad, Ana Mato, con su Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016. Igualdad para las mujeres, se entiende, e igualdad que consiste en favorecer a media humanidad con el dinero del 100 por 100 de los ciudadanos, hombres y mujeres, o, si acaso, fastidiando al varón y convirtiendo a la mujer en su verdugo, como ocurre con la ley contra la violencia de género.

Y es que la ministra de Sanidad, Igualdad y Asuntos Sociales, se nos ha vuelto feminista. Ana Mato (en la imagen junto a Soraya Sáenz de Santamaría y Pedro Morenés)  no deja de hablar de 'estereotipos' de sexo y de educación de género, violencia de género y otro género de tópicos.

Pero empecemos por el final. Naturalmente el plan de igualdad trianual no conlleva lo único que tenía que llevar: el salario maternal, forma genérica de aludir a la discriminación real que la mujer sufre frente al varón en el mundo laboral: la maternidad. Algo maravilloso esto de la maternidad, pero, al mismo tiempo, una discriminación de las madres frente a los padres.

Y ahí es donde el feminismo renacido de doña Ana se pone en marcha: se asombra la ministra, al igual que la vicepresidenta, sentada a su vera, de que más del 90% de los permisos por maternidad para atender al recién nacido correspondan a la madre. A mí lo que me asombra es que no sea el 100 por 100, considerando que el niño, o la niña, necesitan de la madre antes y después del parto, durante los primeros meses de su existencia. Pero ya se sabe que hay mujeres inteligentes, mujeres tontas y feministas.

Mato propone, por aquello de la igualdad de oportunidades, la conciliación por obligación. Nada de reuniones de trabajo a las "ocho de la tarde". Hombre, no parece buena hora pero los horarios laborales sólo pueden preverse según y cómo. Especialmente en esos cargos de dirección donde Mato insiste, por decreto, en que deben estar las mujeres. En cargos directivos sí hay que reunirse a las 3 de la madrugada, te reúnes y en paz.

Su afán reglamentista de la conciliación por obligación alcanza hasta a las teles: "que las mejores películas y series adelanten su horario". Lo mejor sería que la programación de los canales de Televisión la hicieran desde Sanidad. A lo mejor había menos telebasura.

Exige, naturalmente, más mujeres en los órganos de dirección, al tiempo que manipula las cifras cuando asegura que las mujeres cobran un 23% menos que los hombres en igual trabajo. Entonces, ¿para qué sirven los convenios

Eso sí, ayudar a la familia, y en especial a las madres, ni de broma. Cuando Hispanidad le pregunta por qué las ayudas a la maternidad en España son las más bajas de Europa, Mato insiste en que habrá desgravaciones fiscales para las madres y ayudas para las familias monoparentales. En plata, para las madres solteras. No digo que no las necesiten, pero llama la atención que las medidas de la derecha progre siempre caminen en la misma dirección: ayudar a la mujer más irresponsable. Es como las subvenciones públicas que se conceden a las mujeres emprendedoras. Si no eres drogadicta, madre soltera, ex presidiaria o prostituta, lo llevas mal.

Miren usted, señora Mato. La mujer, en efecto, está marginada respecto al varón en la maternidad. Pues entonces, le cambio todas esas 'facilidades feministas' por dos compensaciones justas y reales: un salario maternal que les compense y una persecución más efectiva que los nombramientos obligados, a quienes no contraten o despidan a mujeres embarazadas. Que ese sí es un machismo real de las empresas. Ojo, y las mujeres directivas suelen ser más duras que los hombres directivos a la hora de librarse de embarazas o en peligro de estarlo.

Otrosí: Juan Manuel Moreno, otra bronca interna para el PP, se va a Andalucía y hay que buscarle sustituto como secretario de Estado de Igualdad y Servicio Sociales. Será Susana Camarero, casualmente la diputada que con más ardor defendió a Mato cuando fue 'rodeada' por los socialistas con motivo del caso Gürtel. Experta en violencia 'machista' y en ideología de género. Por cierto, bramaba contra la ley socialista contra la violencia de género porque se le quedaba corta. Y eso que la ley aprobada por PSOE y PP, y mantenida por el PP no deja de ser un atentado feminista que ha consagrado el principio de que el hombre es culpable mientras no se demuestre lo contario. Mato se nos ha vuelto feminista, ahora evolucionan hacia el feminismo radical.

Novedades en Defensa. También compareció ante la prensa Pedro Morenés, tras el Consejo de Ministros. Además de decirnos que va a mandar 50 militares españoles a la República Centroafricana, dentro de una misión europea, nos comunica que el alquiler a los soldados norteamericanos en Morón de la Frontera, para que puedan operar desde aquí en el Sáhara, mientras los norteamericanos siguen despidiendo personal civil español. En su habitual estado de trance, Morenés asegura que aprendemos mucho de los gringos y que es muy conveniente que los norteamericanos defiendan sus embajadas africanas desde España. Curiosamente, no lo hacen desde Marruecos, a pesar de que son tan amigos. A lo mejor temen algo.

Soraya Sáenz de Santamaría, que sigue sin resolver el asunto de la tele, nos cuenta que el presupuesto -ojo, ordinario- para partidos políticos está congelado para este año: vamos, que sólo soltarán otros 50 millones de euros a los partidos que se reparten el cotarro en el Congreso. ¿Y por qué no suprimen todas las subvenciones a los partidos políticos Podían vivir de sus afiliados.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com