La cosa empezó con Franco, siguió con Queipo de Llano y parece ser que tendrá continuidad con Primo de Rivera, el coronel Moscardó y quién sabe quién más
Se están especializando en ello.
Dicen algunas voces proféticas que el Profanador, una figura de los últimos tiempos, aunque de gran recorrido en la historia mística, precederá al Anticristo y algunos, más osados, concretan que, miren por dónde, el Profanador, que no el Anticristo, surgirá de España. Hemos hecho méritos para ello porque somos un país que, en varias etapas de la historia, ha constituido uno de los baluartes de la cristiandad pero, hasta en sus mejores momentos, España ha sido el país más blasfemo de Europa. Y naturalmente, la blasfemia del siglo XXI deambula por la senda de la profanación, especialmente de la profanación eucarística.
Pues bien, estamos ya metidos en harina con la ley de Memoria Democrática, una de las muchas barbaridades del Sanchismo: profanación de tumbas, camposantos y templos, donde, por cierto, no manda el Gobierno, sino la Iglesia.
Todo Anticristo necesita un profanador que le preceda. Para destruir el espíritu se puede empezar por destruir el cuerpo... o el cadáver. ¿Y el sistema funciona? Jamás
Uno no cree que una figura tan tétrica como el Profanador, que provoca miedo, tenga algo que ver con el ministro de la Presidencia, Felixón Bolaños, conocido entre los fontaneros de Moncloa como 'El Bolas', y que más bien provoca una impresión de patetismo adobado con mala leche. El caso es que Felixón parece disfrutar mucho con esto de la profanación de cadáveres.
La cosa empezó con Franco, siguió con Queipo de Llano y parece ser que tendrá continuidad con Primo de Rivera, el coronel Moscardó y quién sabe quién más. Se profana un cadáver, una actitud valiente donde las haya, porque es sabido que los cadáveres no suelen defenderse, pero nadie le pisa el rabo al león en vida, estos profanadores siempre arremeten contra cadáveres, nunca contra seres vivos. A moro muerto gran lanzada.
La profanación constituye uno de los signos de nuestro tiempo, Pedro Sánchez y Félix Bolaños se han convertido en profanadores de tumbas y de templos. Una actitud no especialmente valiente y ante la que la jerarquía eclesiástica no dice nada... y debiera decidirlo porque la ley de memoria democrática se está aplicando violando una y otra vez, los acuerdos entre Iglesia y Estado.
El bien se convierte en mal y el mal en bien: Felixón profana cadáveres sólo para hacer justicia a las víctimas del franquismo. ¿Comprenden?
En cualquier caso, todo Anticristo necesita un profanador que le preceda. Para destruir el espíritu se puede empezar por destruir el cuerpo... o el cadáver. ¿Y el sistema funciona? Jamás.
Pedro y Felixón, profanadores de tumbas.
Sería cómico si no fuera trágico. ¡Dejemos en paz a los muertos porque corremos el riesgo de pasar a profanaciones mayores y en la lógica de la blasfemia contra el Espíritu Santo, donde el bien se convierte en mal y el mal en bien. Ejemplo, Felixón profana cadáveres sólo para hacer justicia a las víctima del franquismo. ¿Comprenden?