Ahora ha sido el turno de Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, quien se ha pronunciado sobre el aborto y la eutanasia
Decíamos en Hispanidad que el estruendoso silencio del Partido Popular ante la Ley de Aborto de Irene Montero -para no caer en la trampa del PSOE, ¿comprenden?- había resultado en parte compensado por la jerarquía eclesiástica española (¡Menos mal!). Por una parte, el arzobispo de Valladolid y secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, apuntaba hacia el descaro del Gobierno: el aborto nunca es un derecho. Además, el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, recogía una afirmación del Papa Francisco: "Cada niño injustamente condenado a ser abortado tiene el rostro de Jesucristo".
Ahora ha sido el turno de Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, quien se ha pronunciado sobre el aborto y la eutanasia, y no es la primera vez que lo hace. Fernández ha presidido la función principal en honor a Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de la ciudad de Córdoba. Ante un templo abarrotado de fieles, en su homilía ha mantenido que: “Tenemos que ser constructores de paz, de progreso y de bienestar. No vale que la sociedad crezca en el producto interior bruto y vaya perdiendo la conciencia de la dignidad de la persona. Si en una sociedad como la nuestra crece la economía pero los derechos humanos son cada vez más conculcados, donde abortar y poder matar a quien tiene una vida no muy saludable es cada vez más fácil, no estamos hablando de progreso. Tenemos que trabajar en el progreso armónico de todos los progresos de la persona”, ha expresado.
Mientras tanto, seguimos esperando declaraciones de Juan José Omella Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien, pese a ser muy activo en sus redes sociales, no ha emitido ninguna comunicación acerca del aborto y ha tenido a bien dedicarle su carta semanal al fallecimiento de la reina Isabel II.