Publica elDiario.es que "Laura Neumann tiene en su casa de Sentmenat (Barcelona) una habitación dedicada a sus hijos, de siete y cuatro años. Pero hace ya más de dos que no duermen en sus camas ni juegan con sus juguetes. Están en Polonia, país de nacimiento de su otra madre -señala la publicación- y Neumann no puede traerlos de vuelta porque un tribunal polaco considera que les “expondría a un peligro psíquico indudable y en una situación intolerable” por ser una mujer trans. Recordar que Polonia, junto con Hungria, rompieron el criterio de la Unión Europea sobre cómo definir el término “género”. En el debate, Polonia se opuso a eliminar la definición de “género” existente y Hungría afirmó que interpretaría el término de acuerdo con sus propias leyes y de acuerdo con la definición del Tratado de Roma. Y es que, ambos países están mal vistos en Bruselas: entiéndanlo, los polacos y los húngaros defienden su Constitución sobre la europea y su soberanía: no están dispuestos a dejar que los niños y jóvenes sean adoctrinados, defienden la vida y la familia y son fieles a sus principios cristianos.

Volviendo al caso de Laura, mientras la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, las feministas históricas del PSOE, para quienes  la ficción jurídica de la “identidad de género” es negar la realidad material del sexo que está en el origen de la violencia y la discriminación que sufren las mujeres, publica un tuit en el que aclara al programa de La 1, 'Hablando claro' que: "La madre es la que está en Polonia con sus hijos; el padre es el que vosotros, con militancia indigna, llamáis madre".