Hemos tenido un verano con casos diarios de violencia de los pobres vulnerables: en Pozuelo de Alcorcón, con Carlos, a quien apedreaban sus okupas, en San Sebastián, con desalojo por una pelea que dejó dos heridos, en Cataluña, con un edificio en riesgo de derrumbe por los destrozos causados por los okupas. O en Madrid con amenazas de muerte a la propietaria o, con una pelea entre okupas que acabó provocando un incendio en un edificio que terminó derumbándose. Hasta que llegamos a la cota máxima apalizando a una embarazada, o a una madre y su hijo o a un concejal en pleno tapiado en el desalojo. 

Y un vídeo del nuevo acto de violencia okupa corre por todo internet. Son dos clanes okupas, magrebíes contra subsaharianos, en el edificio okupado de La Escocesa de Barcelona. En las imágenes se ve a un grupo de okupas arrastrando a otro joven atado de pies y manos mientras le propinaban una paliza brutal. 

Para los vecinos del distrito de Sant Martí es su día a día, es más denunciaron que en esta batalla campal los okupas habían arrojado a otro okupa al vacío desde una ventana.

Según los vecinos van a dos o tres peleas a la semana, pero la brutalidad de la de este domingo ha hecho que el caso acapare titulares, comenzó con el lanzamiento de piedra y botellas, posteriormente empezaron a agredirse con palos y barras de hierro. Hasta que uno de los okupas magrebís aparece arrastrado y atado, es entonces cuando el grupo de subsaharianos se ceba, golpeándole con ladrillos y palos, mientras la 'víctima' pide ayuda a gritos. 

Pero la okupación no existe y las calles son seguras, lo dice el Gobierno de España, que nunca miente.