Tras la previsible aprobación del Estatut en la Comisión Constitucional del Parlamento, la Fundación Unidad Diversidad critica que el actual texto sigue siendo inconstitucional y rupturista. Según su presidente, Juan de Dios Dávila, se trata de un Estatuto regresivo, que recorta los derechos y libertades de la sociedad española y catalana.

Dávila también critica que el Estatut anule la soberanía del pueblo español. En efecto, en el artículo 2 del Estatut se afirma que los poderes de la Generalitat emanan del pueblo de Cataluña y en el preámbulo se dice lo siguiente: En ejercicio del derecho inalienable de Cataluña al autogobierno, los Parlamentarios proponen El legislador se olvida en ambos casos que la soberanía reside en el pueblo español y que los poderes de la Generalitat son delegados del Estado, a su vez conformados por la voluntad del pueblo español, único soberano, y cuya soberanía no es compartible ni divisible.

Además, Dávila considera que el texto rompe la unidad de mercado y laboral. En el artículo 45 se establece que La Generalidad deberá de promover la creación de un espacio catalán de relaciones laborales establecido en función de la realidad productiva y empresarial específica de Cataluña. Además, el TDC catalán estará controlado exclusivamente por la Generalitat y será independiente del estatal.

Por otra parte, la Fundación Unidad Diversidad censura que el texto estatutario fuerce a que los tratados internacionales que firme España con la UE puedan ser vetados en función de los intereses de la Generalitat. El Estatut llevará al enfrentamiento de la sociedad catalana al no reconocer la realidad plural e imponer una férrea política lingüística, señala Dávila, quien concluye que ningún político ha recibido el encargo de romper España y su solidaridad.