El presidente de Fomento del Trabajo y vicepresidente de la CEOE, Juan Rosell, es entrevistado este jueves en Espansión. Responde a todo. También a la polémica de los blindajes. Y su criterio es cristalino: Hay ejecutivos que se creen dueños sin tener un título de la empresa. El tradicional divorcio capital-gestión. Un divorcio que por cierto supone unos sobrecostes del 10%, según estudios realizados.
Pero la pregunta a Rosell no era académica, sino práctica. Galán defiende los blindajes como herramienta defensiva frente a un Florentino al que muchos consideran un tiburón dispuesto a trocear la empresa, quebrando su hoja de ruta de negocio. Además, el blindaje es la última herramienta para garantizar la españolidad de la industria española. Y en este debate, Rosell apuesta por la apertura. Sobre todo después de que la llegada de Fainé a la presidencia de la CECA significará que las cajas se desharán de sus participaciones industriales dejándolas al albur del mercado. Exactamente el mismo proceso de suelta de lastre que hicieron los bancos hace 10 años.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
