Lo malo del Estatut catalán no es que fuera independentista, lo malo es que era un texto totalitario : promocionaba todas las violaciones contra el derecho a la vida: aborto, eutanasia, ingeniería genética, y contra la familia, con el homomonio y la adopción gay. Además, no aseguraba la libertad de enseñanza y renunciaba a la defensa de la libertad religiosa.

De la misma forma, lo malo del Estatuto andaluz, aprobado por unanimidad, y al que se ha sumado entusiasmado Mariano Rajoy, deseoso de terminar con el sambenito de Mister No- no es que reconozca a esta comunidad con esa denominación tan divertida llamada comunidad nacional, que nadie sabe lo que es. Lo importante es que el socialista Manuel Chaves, subyugado por los cantos de sirena del progreso, ha convertido a la Andalucía del siglo XXI en el matadero de embriones humanos, al tiempo que anuncia esto ya es del Estatuto- la regulación de la eutanasia que no es competencia autonómica, pero da lo mismo- o prescribe la enseñanza laica. Y todos sabemos lo que significan esos dos eufemismos hoy en día: muerte digna no es más que suicidio con cómplice y enseñanza laica implica excluir de los colegios todo lo que huela a cristianismo.

A esto es a lo que ha dicho sí don Mariano.