Basada en una novela de John Fante, un escritor desconocido para el gran público pero del que se sienten herederos gente como Jack Kerouac o Charles Bukowski, Pregúntale al viento pretende narrar la desgarrada historia de amor-pasión que viven un aspirante a novelista, de origen italiano, con una joven mejicana. Todo ello enmarcado en Los Angeles del año 1930.

 

A estas alturas, no es nada novedoso narrar cómo un escritor viaja a lugares recónditos para encontrar la musa inspiradora. Si la historia se cuenta con credibilidad puede atrapar pero no es el caso. El problema de Pregúntale al viento es de química. En ningún momento llegas a interesarte por esa relación, te aburres con sus encuentros-desencuentros, y todo el relato parece más propio de tarjeta postal que real. Robert Towne. Un reputado y veterano guionista (Chinatown, Bonnie and Clyde etc) ha escrito una historia excesivamente literaria que, posiblemente, en papel funcione pero no en imágenes

 

¿Por cierto, por qué Salma Hayek intenta convencernos, en todas sus películas, de que es una mujer con físico de rompe y rasga en vez de preocuparse de actuar mejor?

 

En resumen: Pregúntale a quien quieras y no vayas a verla.

 

Para: Los que vean cualquier historia de amor.