De Hispasat no sólo depende el sistema español de satélites, sino también el militar. Caixa sería el comprador ideal, pero se empeña en comprar barato. Mediapro anhela la participación de AUNA o la del BBVA, en el operador de satélites. Telefónica ha recibido la orden del Gobierno de no vender su participación

La venta de AUNA por parte de sus tres accionistas SCH, Fenosa y Endesa- ha generado otra cuestión ulterior: la situación de Hispasat, la empresa que opera el sistema de satélites español, ojo, tanto el civil como el militar, este ultimo cuantitativamente aún mas importante que el civil, y ambos considerados estratégicos por el Gobierno Zapatero y por cualquier otro.

Para comprender la situación conviene echarle un vistazo al accionariado de Hispasat. En la mañana del miércoles, el diario económico Cinco Días hablaba de que Eutelsat, consorcio francés, nominalmente privado (es decir, en realidad público), quería comprar la participación de BBVA (10,75%). Por supuesto, que sí, y de buena gana compraría también a los otros socios privados, AUNA (17,64%) y Telefónica (13,23%), con lo que hería con el control total de la compañía.

Un sistema de satélites es, por definición, una empresa estratégica, pero es que, en el caso de Hispasat, de él depende el sistema militar de satélites. Dicho de otra forma, Hispasat es una empresa privada que no mueve un dedo si no lo acepta el Ejecutivo español, no sólo por su calidad de accionista significativo (el sector público español posee un 30%) sino en calidad de cliente. Conclusión: Telefónica ha recibido orden del Gobierno Zapatero de no vender Hispasat, lo mismo que el BBVA (las relaciones entre Zapatero y Francisco González son malas, pero) y AUNA, hoy en venta, ya ha recibido el siguiente aviso : Ni France Telecom casi seguro comprador de Amena- ni los fondos anglosajones que se quedarían con Auna Cable (telefonía fija), ni Eutelsat, ni ningún operador extranjero, debe controlar Hispasat. Como no es posible enajenar ese porcentaje antes de la venta inminente de AUNA por trozos, lo que está claro es que France Telecom ya sabe que si se queda con la participación, tendrá que enajenarla de forma inmediata.

¿Quién es el comprador ideal para el Gobierno? Pues La Caixa. Mejor dicho, Abertis, participado por la entidad catalana y la constructora ACS. A fin de cuentas, Abertis posee la red de transmisión de señales de TV (vendida por AUNA) y se está convirtiendo en un transportador de señal de grana envergadura. Ahora bien, La Caixa quiere comprar valorando Hispasat por menos de 400 millones de euros, y eso no le hace gracia a ningún socio. También la productora de Jaume Roures, Mediapro, convertida en un verdadero cuerpo de intervención rápida del Gobierno socialita, y más en concreto del Tripartito catalán, también quiere entrar en Hispasat, sólo que -¿no lo adivinan?- quiere comprar barato.

De todas formas, en medios gubernamentales no deja de sorprender que el Gobierno francés se niegue a que Pepsico compre Danone, y al mismo tiempo estén dispuestos a endeudar a France Telecom sacada de la quiebra por el erario público francés- adquiriendo Amena. Y es que el nacionalismo económico está muy mal sobre todo cuando lo practican los demás.