No hay una era post-zapaterismo

 

Zapatero se volverá a presentar y ganará. Pero crece el clamor de que debe irse entre sus filas tras los resultados de las primarias de Madrid.

Ciertamente una afirmación como la que ha realizado hoy la vicepresidenta en la cadena COPE hace temblar al más ecuánime. Aunque todos los medios de derecha, izquierda o cualquier línea editorial han visto en los resultados de las elecciones primarias del Partido Socialista de Madrid (PSM) una nueva derrota del presidente del Gobierno, De la Vega parece no haber visto nada de eso, sino más bien una muestra más de la democracia interna del partido y ha amenazado con que Zapatero vuelva a presentarse a las elecciones.

Y es una amenaza en toda regla: con el país tal y como está, creer que dar continuidad a los bandazos del Gobierno va a resultar beneficioso es estar un poco fuera de la realidad en la que vive el resto de la población.

Si hace unos días El País mostraba una encuesta que situaba en 14 puntos la ventaja del PP ante unas posibles elecciones generales (El País, un diario de escaso partidismo), la derrota de Trinidad Jiménez en las primarias refleja también el poco arraigo que la persona de ZP despierta entre sus propios electores.

Es este el momento en el que la Vieja Guardia del PSOE abre la veda y comienzan las prisas y empujones en busca de la posición más adecuada para la carrera sucesoria. Eso sí, hasta que comience oficialmente, todos los jerifaltes van a visitar los medios afines y no tantos para aclarar a voz en grito que son una piña en torno a Tomás Gómez y que Zapatero no ha perdido ninguna autoridad. Gracias a Dios que hay alguien que nos lo aclara, porque todos habíamos pensado lo contrario.

Volviendo entonces a la realidad: si la afirmación de De la Vega de que no hay una era post-zapaterismo es cierta, hay que echarse a temblar, porque es capaz de hasta ser re-elegido (ya lo ha profetizado la vice: se volverá a presentar y ganará); si hay otra era, también está muy claro de que será mejor que la actual; y si es de otro partido, pues ya se verá, pues tampoco está la cosa muy clara.

Eso sí, mientras tanto, Zapatero guarda silencio y no quiere imponer nada, sino ver los resultados tan maravillosos de la democracia interna del partido; lo curioso es que no hiciera lo mismo cuando quiso imponer a Trinidad Jiménez.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com