Un grupo de activistas abrió el primer abortorio en Polonia justo frente al Parlamento. El espacio está diseñado para parecerse a una casa: “Hay un baño, un sofá, un lugar donde puedes recostarte, prepararte una taza de té o café, arroparte con una manta y abortar”, explicó Justyna Wydrzynska, activista del movimiento Abortion Dream Team.
“Las mujeres pueden venir aquí con sus propias pastillas, y para aquellas que no pueden, decidiremos qué sucederá aquí: entre nosotras y la mujer”, afirma Natalia Broniarczyk, otra de las activistas.
"Estamos ocupando parte de la calle más importante de Varsovia para recordarles a los políticos todos los días que existimos, que el aborto es una realidad y que las promesas deben cumplirse”. Resulta cuanto menos curioso que esta apertura se venda como un acto de valentía y que las activistas se autoproclamen como valientes, transgresoras y desafiantes. Y es que el primer ministro polaco, el progre Donald Tusk, ya les ha prometido que va a cambiar la ley.
El aborto ha sido algo que ha obsesionado a Tusk desde que consiguió llegar al poder en Polonia con su alianza de partidos, Plataforma Cívica –partido de Tusk–, Izquierda y Tercera Vía. Recordemos que Tusk no ganó las elecciones, sino que está en el Gobierno al estilo Sánchez.
No es que Tusk no quiere aprobar la despenalización del aborto, es que sus socios de Gobierno se la han echado abajo dos veces. Con la normativa Tusk buscaba legalizar el aborto hasta la semana 12 de gestación, eliminar la responsabilidad penal de quienes ayudasen a las mujeres a acabar con el bebé y permitir la venta sin receta de la "píldora del día después" a las mayores de 15 años. En Polonia desde 1993, el aborto era legal en tres supuestos: violación, amenaza para la vida o la salud de la madre. Los médicos polacos, en una declaración conjunta, advirtieron que los dos últimos supuestos suponían un coladero para realizar abortos a disposición, es más pusieron el ejemplo de España como país en el que pasa exactamente eso.
El partido Ley y Justicia interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra el aborto eugenésico y el 22 de octubre de 2020, el Tribunal Constitucional polaco sentenció que este era inconstitucional, convirtiendo el aborto en Polonia en prácticamente ilegal. Esta sentencia entró en vigor el 27 de enero del año 2021 y trajo como consecuencia que, en 2021, el número de abortos legales cayó en Polonia de más de mil a 107. Pero no porque no se permitiera abortar si existe un verdadero riesgo para la vida de la madre, sino porque se creó un tribunal médico que hacía su trabajo.
Pero no lo duden, las 'valientes activistas' pronto tendrán su ley, así lo quieren Tusk, Bruselas y la progresía.