¡Ay Tedros!, nada le sale bien ultimamente. Sí, consiguió su Tratado de Pandemias, pero con recortes y sin poder meter su venenoso artículado en el que él mismo tenía capacidad de obligar a los Gobierno a someterse a su tiranía.
Encima, con la salida de Estados Unidos, que le daba el 80% de su financiación, se ha visto en la obligación de reducir el personal y los fondos, su suelo no, porque el es científicamente necesario.
Tedros no gana para disgustos, y encima llega el presidente argentino, Javier Milei, y da el primer paso para abandonarle. Fue este lunes, en el marco de la visita oficial a Buenos Aires del secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr.
El norteamericano fue recibido por el ministro de Salud argentino, Mario Lugones, quien a través de un mensaje en redes sociales anunció que entre ambos han definido una "agenda de trabajo en común": "Creemos en el futuro de la colaboración en salud global. Tenemos visiones similares sobre el rumbo a seguir, por eso vamos a profundizar el trabajo en conjunto entre ambos países".
Al acabar la reunión, el Ministro de Salud argentino anunció en un comunicado "serie de medidas que reafirman el rumbo sanitario adoptado por el país", un plan con cinco medidas. Una de ellas, la retirada de la OMS.
"Hoy la evidencia indica que las recetas de la OMS no funcionan porque no están basadas en ciencia sino en intereses políticos y estructuras burocráticas que se resisten a revisar sus propios errores. Lejos de corregir el rumbo, la OMS ha optado por ampliar competencias que no le corresponden y condicionar la soberanía sanitaria de los países".
El ministerio argentino ostuvo que, "frente a esto, urge que la comunidad internacional repiense el sentido de los organismos supranacionales". "Si están financiados por todos, deben rendir cuentas, cumplir con los fines para los que fueron creados y no convertirse en plataformas de imposición política por encima de los Estados miembros".
Lugones también anunció que Argentina "pondrá el foco en los procesos de fabricación, aprobación y supervisión de vacunas, con el objetivo de garantizar que las decisiones sanitarias estén basadas en evidencia pública, verificable y con controles efectivos". "Revisar no es negar: es exigir más evidencia, no menos", alegó el Gobierno argentino.