Orgullo heterosexual
Imagen primera: la del Orgullo Heterosexual. La viñeta tiene su aquel porque lo cierto siempre suena a nuevo. Sobre la heterosexualidad es sobre lo que se ha basado la continuidad de la raza humana sobre la faz de la tierra, una cuestión que, después de todo, tiene su importancia.
Y es que la presión del lobby homosexual-gubernamental, que ya no te permite ni expresarte con una mínima libertad, empieza a resultar agobiante. Y la obsesión de las marcas tipo Danone, segunda imagen, por producir discursos en lugar de yogures, empieza a molestar.
Lo de multar por rezar el rosario -1200 euros- que relatábamos el pasado viernes ante las clínicas de aborto, porque quien reza está coaccionando a la mujer que aborta, porque están presionando a las mujeres que acuden allí para matar a su hijo, empieza a resultar tan indignante como cachondeable.
Y a los excesos del ambientalismo ecologista le ocurre lo mismo. La vicepresidenta Teresa Ribera que cerraba las centrales nucleares y las térmicas, que pretendía acabar con el gas... ahora ve cómo Europa llama verde a la nuclear y al gas, e incluso recupera sus centrales térmicas de carbón... pues sí, resulta bastante pitorreable.
El ridículo surge con la exageración histriónica, cuya percepción hace que la gente sin prejuicios empiece llorando por el drama y acabe riendo por el fraude
Al final, la sensatez impone recordar las evidencias primeras, como las que figuran en el cartel adjunto, que dice lo contrario de lo que suelta Danone.
El ridículo surge con la exageración histriónica, cuya percepción hace que la gente sin prejuicios empiece llorando por el drama y acabe riendo por el fraude.
El bochorno del Sanchismo comenzó con el lenguaje: "todos, todas y todes" y cada semana se marca un récord de extravagancia. Ahora ha llegado el chaval que exclama en alta voz: "¡Pero si el emperador va desnudo!"
Pedro Sánchez es todo un actor dramático. Le gusta más la tragedia que la comedia, y sus asesores le aconsejan que no sonría, porque le sale una mueca congelada que no ayuda mucho a nadie.
Y el caso es que las tres patas sobre las que se sustenta la mesa del Sanchismo son feminismo, ideología de género -homosexualismo- y ecologismo, y empiezan a resultar a muchos españoles, por mor de las exageraciones del Sanchismo en esos tres frentes, algo que atenta contra el sentido común.
El bochorno del Sanchismo comenzó con el lenguaje, con el "todos, todas y todes". Cada semana Moncloa se marcaba un nuevo récord de extravagancia. Ahora ha llegado el reflujo, el chaval que exclama en alta voz: "¡Pero si el emperador va desnudo!".