La Eurocámara ha apoyado que la nuclear y el gas se consideren energías verdes, al ser incluidas en la taxonomía verde. De esta forma, tanto el PSOE, que llevó hasta esta cámara su rechazo a ambas energías, a pesar de que garantizan el suministro, como la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, a quien tampoco les gustan, han fracasado.

En concreto, 328 eurodiputados han desestimado la moción contra la inclusión de la nuclear y el gas en la taxonomía verde, la cual aprobó la Comisión Europea el pasado 2 de febrero, semanas antes de la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra. Entre estos eurodiputados están los liberales (dentro del grupo Renew Europe, en el que se integra Ciudadanos) y algunos populares. Mientras 278 han apoyado la moción y entre ellos se encuentran los de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) -a la cual pertenece el PSOE-; y 33 se han abstenido.

La comisaria europea de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinness, destaca que la taxonomía es un instrumento para guiar a los inversores privados, pero “no se trata de una política energética” y no obliga a los Estados miembros

La inclusión de ambas energías en la taxonomía verde europea también beneficiará que sus proyectos puedan optar a la financiación sostenible comunitaria y a que se vean con más atractivo por parte de inversores (entre ellos, fondos de inversión que ahora están muy obsesionados con la sostenibilidad -BlackRock o Norges Bank, entre otros-). Eso sí, ahora tanto la Eurocámara como el Consejo Europeo tienen de plazo hasta el próximo 11 de julio para vetar la propuesta.

Por ahora, ya se ha pronunciado Greenpeace señalando que le parece “lamentable que el Parlamento Europeo haya cedido finalmente a las presiones de los lobbies nucleares y gasísticos” y considerándolo “un duro golpe a la necesaria apuesta por las energías renovables y la transición energética”. Esto último llama la atención porque el gas es la apuesta de muchos países en dicha transición y porque la nuclear es perfectamente compatible con las renovables (de hecho, casi no emite CO2 en su ciclo de vida y lo poco que lo hace es 13 veces inferior a la solar fotovoltaica). Además, esta organización ecologista neerlandesa ha anunciado que presentará una solicitud formal de revisión interna a la Comisión y, de no tener éxito, presentará una demanda ante el Tribunal de Justicia Europeo..., eso sí, no hay que olvidar que tiene bastante caradura porque se lucra vendiendo gas en Alemania. Y por cierto, Austria y Luxemburgo también recurrirán ante dicho Tribuna. 

En la tarde del martes 5, en el debate de la citada moción, la comisaria europea de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinness, destacó que “el gas es un combustible fósil, no es verde”, pero “algunos Estados miembros que se están alejando de los combustibles fósiles sucios pueden necesitar gas en la transición” y por eso lo han incluido en la taxonomía. Asimismo, refirió que la nuclear es “baja en carbono y también es parte de nuestra combinación energética en transición”, por eso se incluye en la taxonomía, que es “un instrumento voluntario para guiar a los inversores privados hacia inversiones que nos permitan alcanzar nuestros objetivos climáticos”, aunque “no se trata de una política energética, los Estados miembros están y seguirán estando totalmente a cargo de su combinación energética” y no obliga ni a estos ni a los inversores privados. “No profundiza nuestra dependencia del gas ruso”, “no habrá lavado verde”, pero “colegas, estamos en un momento de gran incertidumbre. Hoy, vemos lo que pensamos que era impensable: algunos Estados miembros están reabriendo centrales eléctricas de carbón debido a preocupaciones de seguridad energética”, ha añadido.