RTVE, en concreto el canal 24 horas, del que los telediarios no son sino un resumen, lleva dos días ensañándose con el que fuera vicepresidente del Gobierno Aznar, director general del FMI y presidente de Bankia. Es lo que se llama hacer leña del árbol caído.

El juicio se refiere a los presuntos incumplimientos tributarios de Rodrigo Rato y no puedo opinar sobre ello porque nunca me he metido en el caso. No sé si Rato es culpable o inocente en este punto y si lo fuera... pues tendrá que afrontar las consecuencias.

RTVE se ensaña con el exvicepresidente, con la retransmisión de sus juicios. Parece el enemigo público número 1

Ahora bien, ¿es preciso hacer leña del árbol caído? ¿Es preciso machacar a una persona exhibiendo su enfrentamiento con el fiscal, que contaba, triste experiencia que se vive en muchos tribunales, con el apoyo de la juez? Tenía toda la razón Rato cuando, ante la pedantísima petición de la fiscal de que no se le faltara al respeto, el expolítico le respondió que el respeto no se pide ni se exige, se gana. Pero eso, con el rostro de Rato en primer plano y con su oponente protegida por esa curiosa reserva que rodea a jueces y fiscales y que lleva a algunos de ellos a parapetarse en la impunidad del  anonimato... hacía quedar a don Rodrigo como verdugo en lugar de como reo.

La Fiscalía y la Administración Tributaria se han convertido en armas para liquidar al enemigo. Igualito que en 1936. Ya sólo falta convertir a la policía en la partida de la porra al servicio de los partidos

¿Y por qué puede ensañarse la justicia con Rato? Pues porque ha sido un político traicionado por Mariano Rajoy y abandonado por José María Aznar. Es decir, abandonado por los suyos y convertido, independientemente de los errores que haya cometido -que los ha cometido- en el juguete roto que golpean con idéntico entusiasmo "los nuestros y los otros". Les recuerdo que la encanallada actual vicepresidente primero del gobierno, María Jesús Montero, llegó a justificar la nacionalización encubierta de Telefónica por parte de su gobierno en que fue privatizada por "un señor que está en la cárcel". ¡Hay que tener mala leche, Marisu!

Ojo, el causante de su caída fue su colega Mariano Rajoy pero hoy, Marisu Montero le utiliza hasta para justificar la nacionalización encubierta de Telefónica

Insisto, no estoy defendiendo a Rato, estoy defendiendo la justicia -con minúscula, que es mucho más importante que la Administración de Justicia- en España. Es más, su hermano, Moncho Rato, que en paz descanse, el que le metió en más aprietos a Rodrigo, me amenazó con una querella por publicar informaciones sobre las finanzas de la familia. No tengo por tanto, ningún buen recuerdo de la familia Rato pero aquí hablamos de otra cosa.

Así que, cuando se me dice que esto, a fin de cuentas, no es más que un proceso judicial como cualquier otro respondo que, entonces, ¿a qué viene este ensañamiento progresivo?

Esa curiosa discreción con la que rodeamos a jueces y fiscales, en principio buena, lleva a algunos de ellos a parapetarse en la impunidad del anonimato

Este enésimo juicio contra Rato así como la reacción del poder, por ejemplo de RTVE, y de los poderosos, por ejemplo de su propio partido, el PP, así como la de su adversario, el PSOE, con Sánchez más encanallado que nunca, aún sigue utilizando la figura de Rato como rey destronado... y este es el reflejo de la España de la vergüenza, la España que se ceba con el árbol caído, la que le pisa el rabo al león después de muerto, la que practica el viejo "a moro muerto, gran lanzada".

Júzguenle, condénenle si fuera menester y acaben de una vez con la interminable ristra de procesos. ¡Ah!, y dejen de utilizar a la Fiscalía y la Administración Tributaria como armas con las que aniquilar al adversario. ¡Qué curioso!, la misma arma que el Sanchismo ha utilizado en otra cacería, la de Isabel Díaz Ayuso. Ya sólo falta convertir a la policía en la partida de la porra al servicio de los partidos y utiizarla, mismamente, para asesinar al jefe de la oposición. Porque podemos estar forjando algo peor que la España decadente: la España injusta, vengativa y cobardona... la que nos llevó a la Guerra Civil en 1936.

Sin razón o con ella, urge gritar, ¡Viva Rodrigo Rato!