Siempre sospeché que los juicios sobre corrupción no sirven para nada: sólo son 'vendettas' entre partidos. A nadie le importa la honradez de nadie: lo que importa es utilizar la corrupción como arma arrojadiza contra el adversario. Ahora ya no lo sospecho, lo sé. 

La entelequia que nos venden es esta: un ministro del Interior volcado en espiar al tesorero de su propio partido para que el tal tesorero no ponga como no digan dueñas al líder del PP, Mariano Rajoy y a la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría. Por casualidad, resulta que ésta última era la responsable de los servicios secretos pero, miren por dónde, nada tuvo que ver con el asunto, al igual que el señor presidente Rajoy, que tampoco nada sabía de espionajes al señor Bárcenas. Y todo ello para espiar a un tesorero que había dejado muchas huellas de la más que cierta práctica pepera de vender favores públicos a cambio de dinero. Pues ¿qué quieren que les diga? a mí me suena a coña marinera, como dicen los catalanes, 'somia-truites' (soñadores de tortillas).

Pero que encima la Fiscalía Anticorrupción (ya saben que la coña es llamarla fiscalía pro-corrupción) pida nada menos que 15 años de cárcel para Jorge Fernández y para su secretario de Estado, Francisco Martínez, así como otro porrón de años para los policías que hicieron el trabajo de espiar a Bárcenas (¡Qué tontería, ¿para qué?!)... mientras el socialista Griñán recibió una pena de seis años y, por razones de salud y aún no ha entrado en prisión, pues hombre. 

¿Saben qué? No me creo nada. Bueno sí, creo que se ha utilizado a Jorge Fernández como cabeza de turco. Le tenían muchas ganas, la izquierda por pepero y por católico, los peperos por católico.

Y respecto a la Fiscalía del Estado Sánchez: recuerden lo que ya hemos dicho en Hispanidad en otras ocasiones: el nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García Ortíz es mucho más sectario que su antecesora, la sectaria Dolores Delgado.

¿Lucha conta la corrupción? ¿Fiscalía anticorrupción? ¡No me haga reír! El asunto es que si encuentras un chivo expiatorio ya puedes dormir tranquilo. Les venía bien Fernández... que encima es un católico y además opusiano. 15 años de cárcel... `pa'empezá´. Y si no conseguimos quitarle su libertad le quitamos su honor. Pero algo le quitamos. Es lo que se llama estado de Derecho. O así, que dijo un vasco.