La economía española a la deriva, con estos tres embusteros
En Hispanidad ya hemos dicho que no nos gusta la actitud de Rafael del Pino. Tiene motivos para marcharse ante la desastrosa política económica del Gobierno Sánchez pero no tiene razón, porque si algo necesita la economía española ahora mismo es de empresas radicadas en España, que investiguen en España y que, ante todo, tomen sus decisiones de inversión en España. También hemos dicho que el culpable de la probable marcha de Ferrovial a Países Bajos, la nación que más odia a España, es La Moncloa pero quien toma la decisión es Rafael del Pino Calvo Sotelo.
Dicho esto... El principal problema económico de España no es el paro, ni la inflación: es la baja productividad. Un estudio asegura que la productividad, la pieza clave de la competencia económica, ha caído en picado en España desde que Pedro Sánchez está en La Moncloa, con su política de gasto creciente y voto cautivo, conseguido mediante subvenciones púbicas. Ayer decíamos que en España se castiga al emprendedor, al que arriesga, hoy tengo que decir algo más duro: la economía española, en contra de lo que predica con un descaro monumental y desfachatez extrema el Ejecutivo, marcha mal porque la productividad era baja y ha bajado mucho más.
Lo que marca la política económica del Sanchismo es la desindustrialización de España. Desde el Gobierno se puede aumentar la productividad. De entrada, reduciendo los costes laborales: lo que han hecho Yolanda Díaz y Nadia Calviño es aumentarlos
A ver: si no hay productividad no hay competitividad. España se está convirtiendo en una colonia de China o Estados Unidos. Encima, les estamos pagando las inversiones que hacen en España... en su beneficio. Ejemplo: las baterías y los chip, hoy convertidas en eje tecnológico (por poco tiempo, no lo duden): el Gobierno no está creando fábricas, aunque fuera públicas, me da lo mismo, ni de un producto ni del otro, aunque Moncloa blasone de ello. Lo que está haciendo Sánchez es, con nuestro dinero, subvencionar las fábricas que crean multinacionales extranjeras como Volkswagen que en cualquier momento pueden llevarse la producción afuera. Pero, ya desde el día uno, las patente y la capacidad de generación no estarán en manos españolas.
De hecho, lo que marca la política económica del Sanchismo es la desindustrialización de España y la deslocalización de industrias clave. Y en cualquier caso, las multinacionales, una vez hayan cobrado siempre tendrán la excusa de la falta de productividad española.
¿Desde el Gobierno se puede aumentar la productividad? Sí. De entrada, reduciendo los costes laborales, Pues bien, lo que han hecho Yolanda Díaz y Nadia Calviño es aumentarlos. La productividad les importa un bledo a ambas.
El Sanchismo no crea empleo: lo reparte. Eso siempre se conoció como el reparto de la miseria. Pero Moncloa lo vende como un éxito
Y todo ello se combina con otra verdad patente y, por tanto, negada con descaro por Moncloa: el Sanchismo no crea empleo: lo reparte. Eso siempre se conoció como el reparto de la miseria. Pero Moncloa lo vende como un éxito.
No, quisiera decir que la economía marcha bien, quisiera creer 'las trolas de El Bolas'. Pero los hechos son tercos: Sánchez está destruyendo la economía española por dos razones: su obsesión contra el emprendedor, o sea, su obsesión contra la propiedad privada y su política de merma de la productividad y de reparto de la miseria.
Y esperemos que lo de Rafael del Pino no cree precedente.