Mensaje oficial del equipo de propaganda de Moncloa: "se acabaron los privilegios de la Iglesia. Los privilegios a los que se refiere son... ¡16 millones de euros, en toda España! 

El encargado de escenificar la derrota como una victoria progresista frente a la reacción clerical, cómo no, es uno de esos personajes elementales de frases rotundas, un mentiroso solemne, de los que miente diciendo la verdad y nada más que la verdad pero no toda la verdad, un hombre que se presenta ante la opinión pública como víctima permanente, jamás verdugo, perpetuo enojado sin causa: el ministro de Presidencia, don Félix Bolaños, más conocido en Moncloa por 'el Bolas'.

Les explico: el acuerdo preelectoral al que llegaron el pasado miércoles, Iglesia y Estado, dentro de esa estrategia por la que ahora, al final de legislatura los socialistas deben resultar tan protectores de los vulnerables y azote de los curas, como amigos de la "Iglesia de Francisco", a fuer de gente capaz de firmar pactos hasta con los obispos, consiste en suprimir dos 'privilegios' menores de la Iglesia (comienzo de obras y tasas extraordinarias), tan menores, tan mínimos, que entre toda España, suman 16 millones de euros de recaudación. Una menudencia para la Hacienda pública.

Nada comparado con el socio-podemismo de los primeros tiempos de legislatura, de los primeros tiempos que, con la vicepresidenta Carmen Calvo al frente de la manifestación, pretendía arruinar y chantajear a la Iglesia católica. Lo que pretendía Calvo era forzar a la Iglesia a pagar otro impuesto, muchísimo más relevante: el IBI. 

Ahora, comparen esos 16 millones de euros con los miles de cientos, probablemente miles de millones de euros, que supondría hacerle pagar a la Iglesia, por ejemplo, el IBI correspondiente a las catedrales de Burgos, Toledo, León, Sevilla y Oviedo, o a todas las instituciones de caridad, casas de retiro, instituciones de enseñanza, de salud, etc., que la Iglesia ha puesto en marcha a lo largo de los siglos. Eso es lo que perseguía el PSOE, no nos engañemos: arruinar a la Iglesia aprovechando que la Iglesia posee el tipo de riqueza propio de la vieja aristocracia: mucho patrimonio, inútil para la venta, y escasísima liquidez. Dicho de otra forma, la catedral de la Almudena no te sirve para conseguir renta alguna: sólo para decir misa. A la banca de fortunas no le interesan los que tienen mucha 'fortuna histórica', bellísima pero nada rentable, sino los que tienen bienes muebles, activos financieros, liquidez, en caja, acciones de empresas, etc. Y en eso, la Iglesia vive a la cuarta pregunta. El Presupuesto del Vaticano no supera la del Principado de Andorra.

Es aquí donde debemos recordar que el IBI es un impuesto, no sobre la renta, sino sobre el patrimonio, el mayor impuesto recaudado por los 8.000 municipios existentes en España y, encima, un impuesto recaudado entre los que poseen un gran patrimonio inmobiliario, inútil para generar dinero y ninguna liquidez.  

Encima, recuerden también que la Iglesia es muy vieja. Por tanto, posee muchos edificios -desgraciadamente hoy, bastante de ellos, vacíos-.

Pero es que, además, la pretensión de Pedro Sánchez y Carmen Calvo, dos cristófobos y cristianófobos de mucho cuidado, resultaba tremendamente injusta. Porque resulta, que por los mismos argumentos por los que la Iglesia no paga IBI, también están exentas todas las entidades sin ánimo del euro, incluidas las ONG's citadas por 'el Bolas', pero también las sedes de partidos políticos, de sindicatos, de clubes de fútbol o de entes culturales, así como las fundaciones. 

Todos esos no pagan pero, según Sánchez, Calvo y 'el Bolas', la Iglesia sí debería pagar.

Al final, naturalmente, el Gobierno se ha visto obligado (como ocurrió con las inmatriculaciones), a dar marcha atrás, pero 'el Bolas', un cerebro brillante, ha aprovechado para arrimar el ascua a su sardina, soltando aquello de hemos suprimido "los privilegios de los curas". Y lo peor es que los obispos españoles, para no incomodar más a La Moncloa, que es justo lo que deberían hacer de continuo, dadas la salvajadas del Gobierno socio-podemita, han aceptado un comunicado conjunto y han tolerado, sin que nadie les responda, que un pinchauvas como 'el Bolas' hable de que se acabaron los privilegios de los curas: ¿Qué privilegios, campeón?

Resumiendo: hacerle pagar el IBI a la Iglesia era una cabronada que, encima, cualquier tribunal echaría abajo, sólo que lo haría a la vuelta de 10 años, ya con la Iglesia aún más arruinada que hoy. Por eso, al igual que con las inmatriculaciones, en Moncloa que no son inteligentes pero sí astutos, han dado marcha atrás y encima lo han vendido como una sublime victoria progresista contra el imperialismo clerical. Y es que Pedro Sánchez y 'el Bolas' no son, pueden creerme, ni Aristóteles ni Demóstenes, pero tienen muy mala leche y mienten muy bien, Sobre todo, cuando el contrario calla y otorga.