Dice el gobierno abortero de Pedro Sánchez que, en España, durante 2024, se perpetraron más de 106.000 abortos. 106.000 asesinatos de niños, de los seres más inocentes y más indefensos, los concebidos no nacidos, en el seno de sus propias madres. Y ojo, hablamos de abortos quirúrgicos. Mejor no hablar de aborto químico, muchísimos más, dado que todos los anticonceptivos que se venden hoy en las farmacias resultan potencialmente abortivos.
Pero tiempo habrá de hablar de ello en breve, pues este año se cumplen 40 años de la legalización del aborto por Felipe González, legalización mantenida por los gobiernos del PP de Aznar y Rajoy y ampliada, en la medida de lo posible, que no era mucho, por Zapatero y Sánchez.
Ahora en lo que quiero fijarme es en el revuelo armado por una minimedida del Ayuntamiento de Madrid, que exige informar a las mujer que van a abortar de que pueden sufrir síndrome post-aborto.
De inmediato, ha surgido un rasgado de vestiduras por parte de toda la progresía de izquierda, sea socialista o sumarita. ¡Qué vergüenza!, el síndrome postaborto no existe, eso es fascismo.
Pero al final, lo que no está en los medios, o en las redes sociales, no existe, en este macilenta sociedad de la información, así que, naturalmente, los interesados se acogieron al argumento cientifista. Y así, escucho en un medio lo siguiente: La Sociedad Española de Contracepción dice que no existe el Síndrome postaborto.
Claro que sí. Y según Vito Corleone la mafia no existe... porque la comunidad científica no ha probado su existencia.
Hombre, cabe la posibilidad de que los fabricantes de abortivos químicos aseguren que el tal síndrome postaborto no existe.
A ver, aludiendo al consenso científico internacional, que debería coincidir con el consenso del sentido común... ¿alguien puede pensar que una mujer que asesina a sus propios hijos en sus propias entrañas, no sufrirá ningún trauma, no sentirá ningún tipo de remordimiento, ni siquiera un reconcomio interior, una mirada atrás? ¿En serio? Porque si es así, yo a esa casi madre no le compro un coche usado.












