Lo ha dicho don Pedro Sánchez Pérez-Castejón y, por tanto, sus palabras deben ser atendidas con la mayor consideración. Ojo al dato: "Hay que renovar el Pacto contra la violencia de género". 

¿Acaso en más de 20 años de ley contra la violencia de género y de lustros de pactos ratificados contra la violencia de género, ha disminuido la violencia de género? ¿Acaso el acoso permanente -ojo, y mentiroso- al varón, acoso en el que siempre se realzan las situaciones en las que el varón es verdugo y se omite cuando es víctima, ha servido para conseguir un mayor respeto a la mujer? ¿De verdad? Yo diría que todo lo contrario, porque la primera consecuencia de la injusticia es la rebelión. El varón domado se está rebelando contra el binomio mujer-Estado policial que le oprime, se está rebelando contra el feminismo y contra los feministos. 

En cualquier caso, ¿de verdad alguien está convencido de que, tras 25 años de feminismo y de feministos, se ha reducido la guerra entre los dos sexos? ¿En 'sirio'? Yo diría que, como en el viejo chiste, esto se está hinchando.

Señores... y señoras: el balance de la lucha contra la violencia de género es un hombre desamorado que recuerda aquel libro de los hombres que no amaban a las mujeres- y de una mujer histerizada, una enfermedad que comienza cuando sólo se exigen derechos y se abandona la vocación de servicio a los demás. Ya saben, al prójimo.