Da que pensar que Ada Colau, esa política centrífuga, sólo haya pasado del segundo lugar al tercero y no muy lejos de primero y segundo. 

Como los navarros con María Chivite, tampoco los barceloneses tienen ahora excusa: han seguido votando a Colau. La culpa no es de Sánchez, es tuya, votante de Colau.