No puedo dar más datos porque no me permiten publicar las capitulares del sondeo, pero confío en mi fuente: una de las más poderosas empresas del IBEX ha realizado una encuesta discreta ante el mes del Orgullo -ahora la Semana- del Orgullo Gay. La conclusión es que el 60% de los españoles encuestados considera que su empresa no debe significarse por su apoyo a una causa como el Orgullo que, en el mejor de los casos, y tras 25 años de imperio 'gender' y 'woke', continúa resultando controvertida. 

Controvertida, sobre todo, porque la institución con mayor prestigio moral en el mundo que, aunque a la progresía le fastidie continúa siendo la Iglesia católica, no ha modificado un ápice su doctrina -he dicho su doctrina- durante el Papado de Francisco, acerca de las relaciones homosexuales como hechos contrarios a la ley natural "que no pueden recibir aprobación en ningún caso" (punto 2.357 del Catecismo de 1992). El obispo Munilla lo ha explicado con gran naturalidad y mucha valentía

Además, el nuevo Papa León XIV, sin entrar en el asunto de la homosexualidad, ha devuelto a los discursos papales el concepto de Ley Natural, al tiempo que calificaba a la familia como un hombre y una mujer comprometidos entre sí y abiertos a la procreación

Podríamos decir que Zapatero y Pedro Sánchez se han quedado solos en la celebración del Vigésimo aniversario de la promulgación del llamado matrimonio igualitario en España, obra, como no podía ser de otro modo, de nuestro nunca buen loado ZP.  

En economía, hemos pasado de una época donde las grandes empresas se pegaban por obtener buenos resultados en la competición pro-gay a una discreta vuelta a la normalidad. 

Alfonso Guerra, que en principio no es de ultraderecha, en su entrevista con Susanna Griso del pasado lunes aseguró que él respetaba mucho a los homosexuales pero que una minoría no podía arrebatarle la voluntad a la mayoría. 

Sí, el Orgullo está a la baja entre otras cosas porque las personas físicas y jurídicas están perdiendo el miedo a hablar sobre el asunto. Hasta el momento, proclamar las ideas católicas -religión mayoritaria en España, a pesar de Tezanos- o repetir lo que acaba de decir el socialista Alfonso Guerra, acarreaba ser tildado -o condenado como- de homófobo.